Playa Flamenco, una de las bellas del Caribe

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Playa Flamenco, en Puerto Rico, es la atracción principal de la pequeña isla de Culebra que promete a quien la visite un buen disfrute de un hermoso mar, donde además hay especies de peces loro , cirujano azul y crustáceos tales como el Ghost cangrejo. Hay quienes viajan hasta ese sitio de interés para sentir la suave y fina arena, tomar un refrescante baño y descansar bajo una palmera, en un relax que permite evadirse como si se estuviera en un paraíso.

Playa Flamenco prácticamente no tiene oleaje, y según recoge la historia transmitida por tradición verbal deriva su nombre de las aves que hace muchos años habitaban la laguna que está cerca de la playa. Su fina arena blanca que no quema, sus cálidas aguas turquesa, el sonido del mar y del viento moviendo las hojas de las palmeras representan una imagen del conjunto de la playa que realmente parece sacada de una postal.

Playa Flamenco posee una media milla de ancho, con una costa con forma de herradura, y está bordeada por el Refugio nacional de vida silvestre de Culebra, que es en sí una de las más antiguas reservas de vida silvestre dentro de la unidad del servicio de vida silvestre y pesca En marzo de 2014, la Playa flamenco fue calificada como la tercera mejor playa del mundo con un Premio viajeros de TripAdvisor y en agosto de 2016 se anunció que había recuperado bandera azul distinción internacional.

Considerada una de las playas más hermosas del Caribe, sus transparentes aguas, su tranquilidad, la belleza natural del entorno lo convierten en el destino ideal para relajarte en tus próximas vacaciones. Está rodeada por colinas y vegetación y resulta ideal para la observación de unas 50 mil aves marinas que visitan la isla de Culebra cada verano para hacer sus nidos, en su mayoría gaviotas oscuras y otras especies migratorias.

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Tips

El Castillo de Sam Lord, en Barbados, está dedicado a un pirata con ese nombre que colgaba linternas de las palmeras para simular las luces de los puertos y llevar a los barcos a los traicioneros arrecifes para, una vez hundidos, robar sus cargas.