Negril

Negril es la capital ocasional en el borde occidental de Jamaica, con sus filones coralinos, calma notable y aguas claras en 7 mil millas de playas. Es la versión ideal para zambullirse en el paraíso. Se dice que cuenta con amplias opciones para unas buenas vacaciones. Se ha convertido en un balneario exclusivo donde las instalaciones que se alzan sólo hasta el nivel de las palmeras, van desde posadas y villas sencillas hasta lujosos resorts con variados entretenimientos, diferentes restaurantes, bares, cafés elegantes y construcciones de estilo mediterráneo que nada tienen de jamaiquino. Hasta hace poco, sus más de diez km de playa eran el secreto mejor guardado de la isla: un oasis para las almas amantes de la paz que buscan la tranquilidad, lejos de las presiones de la vida moderna. En la noche la ciudad se premia con una de las escenas más animadas de la música de Jamaica -conciertos al aire libre, clubes locales- donde los ritmos que pulsan el reggae y el movido calipso proporcionan los más ocasionales placeres perfectos para noches tropicales balsámicas. Sus días pueden transcurrir entre paseos a caballo o en veleros; entre tenderse al sol o caminar por la arena finísima. Puede visitar el Rick´s Café, ubicado en la punta de un acantilado, con una de las mejores vistas de Negril Yxtabi. Este suele ser un sitio mágico, donde los más atrevidos esperan el escondite del sol para zambullirse en el mar para después visitar las cuevas que funcionan como bar submarino. Por otra parte, el Faro, construido por 1894, es lo más antiguo que se encuentra en esta tranquila villa turística y los nostálgicos pueden regalarse una excursión hasta lo alto de la torre para ver el atardecer.