Costa Rica

La literatura costarricense todavía se encuentra en desarrollo, aunque ya ha producido escritores de proyección internacional, y cuyos trabajos han sido traducidos a otros idiomas. La poesía, ensayo y cuento son los géneros más desarrollados. La prosa costarricense incluye historias, novelas, crónicas y ensayos. Desde sus inicios, la literatura ha sufrido una constante evolución de acuerdo con los cambios sociales, culturales y políticos que han influido en la nación. Ha sido un espejo que ha reflejado estas transformaciones como una herramienta cultural de renovación, contribuyendo con ello a la formación de la identidad nacional. Hasta el momento no se conocen textos indígenas, por lo que sus orígenes se remontan siempre a la época colonial. Durante este período, se limita a imitar los modelos europeos, especialmente los españoles. Antes del siglo XIX no se puede hablar de logros en la creación literaria, y no es hasta los finales del mismo, que van apareciendo las primeras producciones culturales que se volverían posteriormente los "clásicos" de la literatura nacional. Durante los finales de este período hasta 1900, aparece el Costumbrismo como corriente literaria que caracteriza este tiempo, representado por autores y obras importantes como: ¨El Hojarasca¨ (1894) de Ricardo Fernández Guardia; el ¨Chamarasca¨ (1898) de Carlos Gagini; la ¨Nochebuena¨ (1895) de Manuel González Zeledón y el ¨Moto¨ (1900) de Joaquín García Monje. La poesía aparece a partir de 1890, continuando el mismo movimiento literario que la prosa y abriendo paso a un paralelismo entre la literatura y el resto de las artes que se manifestaban en este tiempo. Entre los escritores dedicados a la poesía se encuentra: Aquileo J. Echeverría, reconocido poeta herediano, famoso por sus concherías y considerado el Poeta Nacional. Sus concherías celebran el folklore costarriqueño y el estilo de vida bucólico del campesino, utilizando el humor y el idioma "rural". Otros poetas que conforman la antología nacional son: José María Alfaro, Juan Diego Braun, Brenes Mesen y Rafael Machado, entre otros. Algunos de estos poetas también escribieron historias cortas, novelas y ensayos. Sus poemas conservan algunos aspectos románticos y se caracterizan a veces por abarcar temas nacionalistas e incluso políticos. El movimiento Costumbrista que más tarde fue seguido por el Realismo, crearon por separados una discusión artística que cuestionó el ser de la literatura costarricense, mientras el primero celebraba la vida bucólica y tradicional; el segundo por su parte, tuvo mayor representación ya en el siglo XX entre el período correspondiente de 1900 a 1920, el cual optaba por tendencias más modernistas y menos idílicas. Durante estás décadas, también fueron escritas varias crónicas históricas. Ya en los inicios del XX se presentan obras y autores que ofrecen al Realismo una orientación social, tales como: Jenaro Cardona con su obra ¨La esfinge del sendero¨ (1914) y Carmen Lyra, conocida por sus cuentos de ¨Mi tía Panchita¨, quien fuera además la primera profesora en el país en impartir la asignatura de literatura infantil; así como también ¨El árbol enfermo¨ (1918) de Carlos Gagini. Más tarde en 1919 el artista Joaquín García Monge, fundó una revista sumamente importante llamada ¨Repertorio Americano¨, quien exigió que este arte debiera tener una función social, educativa y revolucionaria. Para esta Revista escribieron entre otros, poetas como: Rafael Ángel Troyo, Lisimaco Chavarria y Auristela Castro de Jiménez. Estos autores exploran conceptos como el espiritualismo y misticismo a través del idioma pródigo e imaginería. Los castillos, hadas y escenas parisienses son temas poéticos comunes de la tendencia Modernista. Se criticaron autores que siguieron este movimiento por ignorar sus ambientes y por transarlos para las escenas fantásticas y lujosas. Consecuentemente, la figura del campesino y del costarricense feliz, así como las costumbres regionales y celebraciones, estaban empezando a ser reemplazadas por hechos más realistas e incluso los retratos pesimistas de una sociedad que se estaba desmenuzando. El movimiento Realista en la literatura preparó la llegada de un estilo literario que tendría relación con denunciar las injusticias sociales y transmitir las ideas revolucionarias. Ejemplo de ello lo conforman autores como: Max Jiménez, quien es el primer escritor costarricense que inicia un esfuerzo consciente por incorporar los procedimientos de vanguardia a la literatura nacional, como respuesta crítica a las crisis y transformaciones de su época. Su obra literaria se caracteriza por el eclecticismo y la mezcla de elementos disímiles, combina el romanticismo, modernismo y la experimentación vanguardista. Carmen Lyra y Carlos Luis Fallas, exponen su denuncia con los sufrimientos de los obreros de la plantación bananera, bajo el agarre sofocante de las compañías imperialistas, ejemplo de ellos son lo títulos: ¨Bananos y hombres¨ (1931) por Lyra y ¨Mamita Yunai¨ (1941) por Fallas; ambos autores eran activos en los movimientos socialistas y comunistas en Costa Rica. Por otro lado, ¨Juan Varela¨ (1939) por Adolfo Herrera García, expone como protagonista al campesino e incluso un cuadro austero de la vida que insiste en un cambio social. Por estos años, también se destacó Luis Dobles Segrega, ilustre escritor y poeta herediano, cultor de las letras con relevancia en temas acerca de la ciudad donde nació y bibliófilo reconocido. Las décadas correspondientes a 1940 representan un tiempo de ruptura literaria y artística. Fueron años caracterizados por una rica e inmensa producción literaria, entre los poetas que contribuyeron a nuevas creaciones están: Eunice Odio, Salvador Jiménez Canossa y Eduardo Jenkins Dobles. Estos autores escogieron explorar las dimensiones subconscientes, psicológicas y desconocidas, a través del idioma revolucionario con nuevas técnicas. Por su parte, Yolanda Oreamuno explora las dimensiones psicológicas y ocultas, mientras cambia el enfoque de la literatura, así como de la realidad externa a uno interior. ¨La ruta de su evasión¨ (1949), investiga la psiquis femenina en una escena urbana y las relaciones problemáticas de una familia. En ¨Cuentos de angustias y paisajes¨ (1947) de Carlos Salazar, presenta el juego de historias en un área rural, pero con los aspectos psicológicos y más profundos que las historias regionales. Los años de 1950 y 1960 fueron una continuación de las tendencias nacidas en los años ´40, aunque con algunos cambios. Los ´60 vieron el nacimiento de autores importantes como: Jorge Debravo, Laureano Alban y Alfonso Chase. A partir de entonces surge un nuevo retorno a la realidad exterior, pero en lugar de sólo criticar la condición social, los poetas de esta generación, optaron por ofrecer y cultivar la fe y esperanza en la creencia y la posibilidad al cambio. La poesía erótica que había estado presente en Costa Rica desde los principios de la creación literaria, sería entonces nuevamente florecida durante los ´60. La figura del amado se entrelazó intensamente con la naturaleza, mientras se anunciaba el erotismo y el sexo como elementos naturales glorificados. Entre 1970 y el ´80 en el país se presentó una crisis económica y de desempleo, pero estas circunstancias no dieron lugar a la literatura socialista. En cambio, los autores estaban más interesados en explorar un tema principal -la identidad nacional-, como: Rafael Ángel Herrera y Fernando Contreras, abarcan temas y estilos muy particulares. Herrera explora los problemas místicos y filosóficos en ¨La guerra prodigiosa¨ (1986) y Contreras entrega a la novela social la denuncia hacia los sufrimientos de los pobres en ¨Única mirando al mar¨ (1993). Por consiguiente, Duran Ayanegui asume una misión ambiciosa con ¨Las estirpes de Montanchez¨ (1992), quien trata el tema de identidad y conquista a los recientes tiempos. En el ¨Asalto al paraíso¨ (1992), Tatiana Lobo expone y destaca la nacionalidad a través del encuentro entre el indio y las culturas españolas. Como historiadores destacados, cabe mencionar a: Cleto González Víquez, Luis Felipe González Flores, Victor Manuel Elizondo, Carlos Meléndez Chavarri, entre otros. En sentido general, la literatura en Costa Rica tuvo su nacimiento bastante tardío, comparado con otros países de la región y aún se encuentra en desarrollo. En los últimos años, este arte ha pasado por una positiva renovación y donde valiosos jóvenes escritores con un futuro prometedor, irrumpen cada día en el panorama literario, mostrando un serio interés en la creación.