Estados Unidos (EUA)

Origen

El descubrimiento de América en 1492 permitió que los europeos vieran la posibilidad de comenzar una nueva vida en un territorio virgen y absolutamente inexplorado. América del Norte era una nueva oportunidad para personas de toda condición, sobre todo aquellos considerados como desgraciados en su país de origen y que no podían volver. Es por eso que consideraron este nuevo territorio, como su lugar de residencia. Alrededor del año 1000, un grupo de vikingos islandeses bajo el mando de Leif Ericson navegaron hacia la costa oriental de América del Norte. Arribaron a un lugar que llamaron Vinlandia. Es posible que los vikingos también hayan visitado Nueva Escocia y Nueva Inglaterra, pero no lograron fundar colonias permanentes y pronto perdieron contacto con el nuevo continente. Quinientos años más tarde, la necesidad de incrementar el comercio y un error de navegación propiciaron un nuevo encuentro con el continente americano. Cristóbal Colón, marino italiano, creyó erróneamente que podría llegar al Lejano Oriente navegando hacia el oeste partiendo de Europa. En 1492, persuadió a los reyes de España para que le financiaran el viaje. Colón navegó hacia occidente pero no llegó a Asia sino a una de las Islas Bahamas en el Caribe. Cuando Colón y los exploradores españoles regresaron a Europa contando del abundante oro que había en América, cada soberano europeo se apresuró a reclamar para sí la mayor parte posible del territorio del Nuevo Mundo, junto con las riquezas que pudieran extraerse de él. La única forma de hacer valer estos reclamos era mediante el establecimiento de colonias de europeos en el territorio. Este requerimiento combinado con el celo de los sacerdotes españoles por convertir a los habitantes indígenas de América al cristianismo, la necesidad de los disidentes religiosos y políticos europeos de escapar de la persecución en sus respectivas patrias, y la sed de aventura de algunos individuos dio impulso a la fundación de colonias. Durante los siguientes 100 años, exploradores ingleses, españoles, holandeses y franceses se hicieron a la vela "en busca de nuevos mundos, de oro, de fama, de gloria" como dijera Sir Walter Raleigh. Pero, al no encontrar tesoros fabulosos en las boscosas riberas de Norte América a donde por fin llegaron, no se quedaron en ellas. En 1607 un grupo de atrevidos colonizadores ingleses construyó una diminuta aldea en Jamestown, Virginia. Portadores de una cédula del Rey Jaime I de Inglaterra, fundaron la primera colonia inglesa que sobrevivió. Una compañía londinense interesada en obtener utilidades financió la fundación, pero nunca las obtuvo. De los primeros 105 colonos, 73 murieron de hambre y enfermedades en los primeros siete meses después de su arribo. Pero la colonia con el tiempo creció y prosperó. Los virginianos descubrieron la forma de ganar dinero con el cultivo del tabaco, el cual empezaron a enviar a Inglaterra en 1614. En Nueva Inglaterra, la región nororiental de lo que hoy es Estados Unidos, los puritanos ingleses establecieron varias colonias. Estos colonizadores pensaban que la Iglesia de Inglaterra había adoptado demasiadas prácticas del catolicismo, y llegaron a América huyendo de la persecución en tierras inglesas y con la intención de fundar una colonia basada en sus propios ideales religiosos. Un grupo de puritanos, conocidos como los peregrinos, cruzaron el Atlántico en un barco llamado Mayflower y se establecieron en Plymouth, Massachusetts, en 1620. Una colonia puritana mucho más grande se estableció en el área de Boston en 1630. Para 1635, algunos colonizadores ya estaban emigrando a la cercana Connecticut. Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes, constructores, soñadores. América les prometía, como dijo el poeta Robert Frost, un nuevo comienzo para la raza humana. Desde entonces, los estadounidenses han considerado a su país como un gran experimento, un modelo valioso para otras naciones. Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo frecuentemente intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo Día, y los herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros de la iglesia, y los salarios de los ministros se pagaban de los impuestos. Roger Williams, un puritano que no estaba de acuerdo con las decisiones de la comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones religiosas. Obligado a salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual garantizaba libertad religiosa y la separacidn del estado y la iglesia. Las colonias de Maryland, establecida en 1634 como refugio para católicos, y Pennsylvania, fundada en 1681 por el dirigente cuáquero William Penn, también se caracterizaron por su tolerancia religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos de colonizadores al Nuevo Mundo. Con el paso del tiempo, las colonias británicas de América del Norte fueron ocupadas también por muchos grupos de origen no británico. Agricultores alemanes se establecieron en Pennsylvania, los suecos fundaron la colonia de Delaware y los primeros esclavos africanos llegaron a Virginia en 1619. En 1626, colonizadores holandeses compraron la isla de Manhattan a los jefes indígenas de la región y erigieron la ciudad de New Amsterdam; en 1664, esta colonia fue tomada por los ingleses y rebautizada con el nombre de New York.


Constitución

Las 13 colonias eran ya estados libres y soberanos, pero aún no una nación unida. Desde 1781 habían estado gobernadas por los Artículos de la Confederación, una constitución que establecía un gobierno central muy débil. En mayo de 1787 se reunió una convención en Philadelphia con instrucciones de revisar los Artículos de la Confederación. Los delegados, entre quienes estaban George Washington, Benjamin Franklin y James Madison, rebasaron su encargo y redactaron una constitución nueva y más viable, la cual estableció un gobierno federal más poderoso y con facultades para cobrar impuestos, conducir la diplomacia, mantener fuerzas armadas, y reglamentar el comercio exterior y entre los estados. Dispuso la creación de una Corte Suprema y tribunales federales menores, y dio el poder ejecutivo a un presidente electo. Lo que es más importante, estableció el principio de un "equilibrio de poder" entre las tres ramas del gobierno: los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Este principio le otorgó a cada rama medios propios para contrarrestar y equilibrar las actividades de las demás, garantizando así que ninguna de ellas pudiera ejercer autoridad dictatorial sobre las operaciones del gobierno. La constitución fue aceptada en 1788, pero sólo después de muchas amargas discusiones. En 1791 se agregaron a la constitución 10 enmiendas: la Declaración de Derechos. Este documento garantizó la libertad de culto, de prensa, de palabra, el derecho de los ciudadanos a portar armas, la protección contra cateos ilegales, el derecho a un juicio justo por un jurado, y la protección contra "castigos crueles e inusuales". Es la más antigua constitución escrita del mundo, perdurable por tratarse de un documento general que se puede interpretar de conformidad con los cambios de la época. O bien se puede enmendar. Para enmendar la Constitución, la enmienda propuesta debe ser aprobada en el Congreso por una mayoría de dos terceras partes de cada cámara, y a la votación deben asistir al menos tres cuartas partes de los estados. La Constitución dejó establecida una forma de gobierno federal con facultades divididas entre los gobiernos federal y estatales.


Gobierno

Estados Unidos es una República federal constituida por 50 estados y un distrito federal. Su gobierno es de tipo presidencialista. La forma de gobierno se basa en la Constitución vigente desde el 17 de septiembre de 1787 con enmiendas desde su elaboración. Integrado por un sistema ejecutivo, judicial y legislativo. El sistema ejecutivo está compuesto por el Presidente (elegido junto al vice-presidente cada cuatro años y desde 1951 reelegible una sola vez). El Presidente es asesorado por el Gabinete de doce ministros llamados secretarios. Técnicamente la elección del Presidente es de segundo grado; el pueblo de cada Estado vota por un colegio electoral compuesto de tantos electores como senadores y representantes tiene el Congreso Federal, más tres por el Distrito de Columbia (538 en total) y estos electores votan por el Presidente. En la práctica el Partido que obtiene la mayoría en cada Estado gana todos los elecctores respectivos y estos están obligados a votar por el candidato previamente elegido. Sistema Legislativo: Compuesto por un Senado (dos senadores por cada Estado, elegidos por el pueblo para seis años, la tercera parte es renovada cada dos años) y una Cámara de Representantes (435 miembros elegidos en proporción a la población, par aun período de dos años). El Vice-presidente de la República es presidente ex oficial del Senado, pero no tiene voto salvo en casos de empate.Sistema Judicial: Compuesto por la Corte Suprema (9 magistrados vitalicios nombrados por el presidente con aprobación del Senado), diez cortes de Circuito de Apelación, numerosas cortes de Distrito, la corte de Reclamaciones y otras.


Historia General

Estados Unidos de América es el segundo país en tamaño del hemisferio occidental y cuarto de la tierra. Su territorio comprende el centro del subcontinente y numerosas islas e islotes en distintas longitudes y latitudes. Posee características muy llamativas y contrastantes. Un tercio de su superficie está ocupada por grandes bosques. Presenta impresionantes cadenas montañosas y extensos valles agrícolas o ganaderos, desiertos inmensos y fértiles praderas, climas árticos y subtropicales, zonas muy densamente pobladas y grandes extensiones de tierra prácticamente deshabitadas. Es una nación cosmopolita, compuesta por 50 estados y un Distrito Federal, rica en historia y personalidades, con varios símbolos que representan la identidad norteamericana, dos de los más conocidos son " La Estatua de la Libertad" y "El Tío Sam". Su población de diversa composición étnica, racial y cultural le brinda al país un aspecto sui generis. Ello indudablemente a contribuido, en parte, a su descomunal desarrollo económico, tecnológico y turístico. Al visitante le será difícil perderse en este lugar gigantesco de construcciones del siglo XVIII y XIX, que aún perduran en nuestros días o frente a colosales rascacielos, que simbolizan el espíritu de las ciudades norteamericanas. Todo está bien diseñado para llegar de forma rápida a cualquier punto deseado. Cualquier rincón de este territorio, de robusta tradición en el arte y la música, puede resultar de interés. Estados Unidos es en sí un gran parque de diversiones con el cautivador ritmo de New Orleans o los mágicos parques temáticos de Orlando. Estados Unidos de América le invita a que se introduzca en su naturaleza inmensa colmada de posibilidades, de sueños, de historia y de mitos.