Haitianos en Cuba

Ya para 1805, había 30 000 haitianos en Cuba. Se dice que entre 1789 y 1805 la ciudad de Santiago de Cuba recibió 20 000 refugiados franco-haitianos. Todo ello conformó la emigración franco-haitiana hacia Cuba de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Con los años, estos franco-haitianos fueron poblando otras regiones de la Isla. Esta inmigración dio un aporte importante al poblamiento y desarrollo de la plantación cafetalera esclavista en los valles ultramontanos de la Sierra Maestra y contribuyó al adelanto técnico del proceso de expansión azucarero en el Occidente de Cuba.

En el resto del siglo XX el flujo de franco-haitianos hacia Cuba descendió ostensiblemente. Por una parte, porque su presencia en Haití disminuyó tras la revolución y, por otra debido a que las autoridades coloniales en Cuba impidieron su entrada para evitar la propagación de las ideas de la revolución haitiana entre los esclavizados y negros y mulatos libres, residentes en la Isla. Los franco-haitianos tuvieron una notable influencia en el desarrollo económico, cultural y social de la región oriental de la Isla. Fueron el soporte principal del auge del cultivo y producción del café y del cacao, trasladando todo el conocimiento y la práctica para alcanzar los altos rendimientos que obtenían anteriormente en Haití.

Incorporaron a la sociedad cubana sus hábitos culturales, su música y sus bailes, llenando las tardes y las noches de muchos sitios de Santiago de Cuba que amenizaban con las tertulias que organizaban.

Se establecieron también en la ciudad de Guantánamo, adonde llevaron también sus idiomas, tanto el francés como el creóle haitiano, su arte y su cultura, además de sus técnicas constructivas y sus costumbres. El más grande arribo de haitianos lo ocasionó las inversiones de las compañías norteamericanas en la industria azucarera cubana en las primeras décadas del siglo xx. Estas generaron el crecimiento de la demanda de mano de obra barata. Solo en el transcurso de una generación, entre 1912 y 1931, más de un cuarto de millón de haitianos transitaron de una isla a la otra en un trasiego de esclavos de nuevo tipo. Un momento cumbre lo constituyó la Primera Guerra Mundial, que incentivó el incremento de antillanos reclutados como braceros, en condiciones de semiesclavitud.

La contracción de la demanda de azúcar cubano en el mercado norteamericano, la crisis económica mundial que estalló en 1929 y el persistente rechazo a la inmigración de braceros extranjeros, concitaron la promulgación de decretos-leyes y de otros instrumentos legales para regular la expulsión de los braceros haitianos y anglo antillanos. Al amparo de esas disposiciones jurídicas se efectuaron las repatriaciones forzosas de miles de antillanos. Así, desde 1931 se produjo la interrupción de la importación de fuerza de trabajo barata procedente de las islas vecinas. Transcurridos los años, seguirían, en menor medida, otros tránsitos y arribos de haitianos a Cuba, con los cuales se irían engrosando las filas de los residentes haitianos y sus descendientes en las más precarias condiciones de vida y de presión social.

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Tips

Cristóbal Colón en su viaje por América pasó frente a Anguila en 1493 pero no llegó a tocar tierra en la isla.