El grupo septentrional está integrado por Saba (13 km2), Sint Eustatius (21 km2) y Sint Maarten (44 km2 la parte holandesa. La parte francesa, -Saint-Martin es su denominación en francés-, cuenta con 52 km2), todas ellas de origen volcánico. Las dos menos extensas, Sint Eustatius y Saba, cuentan con un relieve ondulado y un abrupto desarrollo costero, mientras que Sint Maarten presenta un perfil menos sinuoso y posee excelentes playas. Sint Eustatius, St Marteen y Saba son de origen volcánico. Sólo hay algunas pequeñas corrientes de agua en Saba. En Bonaire y San Martín hay lagunas.Las islas del sur, Bonaire y Curaçao, son más extensas (288 y 444 km2, respectivamente) y cuentan con arrecifes coralinos de gran perfección. El terreno, formado sobre un sustrato calizo, presenta una gran regularidad y carece de accidentes importantes; tan sólo cabe citar el monte Sint Christoffelberg, en Curaçao, que alcanza los 372 m y constituye la máxima elevación de las Antillas Holandesas meridionales. En las de Sotavento, en cambio, la altitud máxima se sitúa en los 1.391 m del Pic du Paradis, punto culminante de la isla de Sint Maarten. El clima es cálido, como corresponde al medio tropical al que pertenecen las islas, aunque la diferente latitud provoca que ambos grupos cuenten con particularidades propias: en las septentrionales, las temperaturas son más suaves debido a la acción moderadora de los alisios procedentes del nordeste, y las precipitaciones son más abundantes que en Bonaire y Curaçao, especialmente en esta última, donde apenas se alcanzan los 500 mm anuales. La escasez de precipitaciones es la causa de que en las islas meridionales predominen las especies xerófilas. Ambos grupos insulares están expuestos a frecuentes huracanes y terremotos, que constituyen una permanente amenaza para la población isleña.
La superficie total de las islas holandesas de Sotavento es de 925 km2, mientras que la de las islas de Barlovento tan sólo es de 67 km2.
Conjunto insular situado en América central, repartido entre los grupos de Sotavento (septentrional) y Barlovento (meridional), los dos en que se divide el archipiélago de las Pequeñas Antillas, que separan el océano Atlántico del mar Caribe. El grupo meridional está formado por Aruba, Curaçao y Bonaire, situadas frente a la costa de Venezuela, y el septentrional por Saba, Sint Eustatius y Sint Maarten (dividida entre Francia y Países Bajos), que se encuentran al S de Anguilla, SE de las islas Vírgenes y NO de San Cristóbal y Barbuda. Entre ambos grupos hay más de 900 km de distancia, y la extensión total del territorio es de alrededor de 925 km2.
En las Antillas sólo dos islas se unen a través de sus fronteras. Sint Maarten (44 km2) la parte holandesa. La parte francesa, -Saint-Martin es su denominación en francés-, cuenta con 52 km2).
En cuanto a las bondades que la naturaleza ha brindado a estas islas, se destacan las especies únicas de orquídeas, cactus, agaves y áloes de Curazao; los inigualables cactus de Bonaire; la densa selva húmeda y tropical de St. Eustatius propicia para la formación de orquídeas, helechos gigantes, árboles frutales y exóticos pájaros.
Respecto a la fauna de estos territorios insulares se reconocen en Curazao los lagartos muy raros, las iguanas y las crías de un pequeño ciervo que sólo existe en esta isla. Bonaire cuenta con una importante colonia de flamencos que construyeron cientos de nidos coniformes en las salinas de Pekelmeer. Un detalle sorprendente son los pájaros marinos que anidan en los múltiples acantilados de Saba.