Estados Unidos (EUA)

En los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, un grupo de jóvenes artistas neoyorquinos surgió impetuosamente para rehacer los objetivos y medios del arte. Conocido como Expresionismo Abstracto, su movimiento se convirtió en el primer movimiento artístico que ejerció una notable influencia sobre artistas extranjeros. A principios de los años 50, la ciudad de Nueva York era un centro en el mundo del arte. Los expresionistas abstractos fueron más allá que los artistas europeos que los precedieron en su rebelión contra los estilos de la gráfica tradicional. Entre los líderes del movimiento se encontraban Jackson Pollock (1912-1956) y Willem de Kooning (1904-1997). Estos jóvenes artistas abandonaron la composición formal. En cambio, pusieron énfasis en el espacio y el movimiento, y confiaron en sus instintos y en la acción física de pintar. En cada era, los artistas han procurado expresar la época. La historia del arte nacional presenta un cuadro variable de las imágenes cambiantes que los estadounidenses tienen de sí mismos. Sin embargo, hasta el siglo XX, el arte se desarrolló principalmente a través de sus temas y habilidades. La innovación más auténtica y la mayor parte de las grandes obras maestras del arte occidental fueron producidas por europeos. La creatividad artística del período colonial y durante las primeras décadas de la nueva nación encontraron su expresión generalmente en la producción de utensilios de uso diario, como muebles sencillos, elegantes, o colchas de retazos multicolores. Para los laboriosos de mente práctica, los retratos eran la única clase de bellas artes que parecían necesarios. La mayoría de los artistas de la época eran autodidactas. Su obra poseía el encanto primitivo del arte folclórico: observación de primera mano, un sentido de carácter, e instinto para el color, la línea y la figura. Hoy, los cientos de antiguos retratos que aún existen son altamente valorados por los coleccionistas. En los años precedentes a la guerra de independencia de Estados Unidos, ciertos connotados artistas viajaron a Europa. Algunos prosperaron allí. Benjamin West (1738-1820) llegó a ser pintor de la corte del Rey Jorge III de Inglaterra y fungió como presidente de la Real Academia por 28 años. Pero la obra de otros, como John Singleton Copley (1738-1815), quizá el retratista más importante de la colonia, pareció perder su fuerza lejos de las costas de Norteamérica. La primera escuela de pintura paisajista famosa en Estados Unidos, la Escuela del Río Hudson, apareció en la década de 1820. La expansión hacia el oeste había traído consigo una comprensión de la enorme proporción y belleza virginal del continente. Con Thomas Cole (1801-1848) a la cabeza, los pintores del rio Hudson combinaron su gran destreza técnica con el paisaje romántico. Sus pinturas eran exploraciones visuales de la luz y de las maravillas de la naturaleza. A fines del siglo XIX, esta tradición de candor, simplicidad imaginativa y claridad devino en algo nuevo: una representación naturalista de los anchos límites de la vida en Estados Unidos. El lado rural de la nación, los mares, las montañas y los hombres y mujeres que allí vivían, fueron el tema de Winslow Homer (1836-1910). La vida citadina de la clase media de este período encontró a su poeta en Thomas Eakins (1844-1916), un realista intransigente cuyos retratos desolados, sin artificios, enmendaron el camino lejos del sentimentalismo romántico que la gente "educada" de su tiempo había favorecido. La controversia llegó a ser una forma de vida tanto para los artistas como para los europeos del siglo XX. De hecho, al igual que Europa después de los futuristas italianos, gran parte de la escultura y la pintura en Estados Unidos desde 1900 ha sido una serie de rebeliones contra la tradición. "Al infierno con los valores artísticos", proclamó Robert Henri (1865-1929). Henri encabezó lo que los críticos apodaron la escuela "del basurero" porque los retratos realistas del grupo mostraban los aspectos escuálidos de la vida en la ciudad, temas usuales de John Ruskin, Thomas Carlyle, y otros. Apenas unos años más tarde, los artistas "del basurero" fueron desplazados por el arribo desde Europa de movimientos modernistas, como el cubismo y el abstraccionismo, promovidos por el gran fotógrafo Alfred Stieglitz en su "Galería 291" en New York. Pero alrededor de los años 20 un renovado sentimiento nacionalista animó a los artistas a redescubrir y explorar lo que se denomina Americana (la colección de documentos y objetos que relatan la historia, cultura y arte de Estados Unidos). Regionalistas como Thomas Hart Benton (1889-1975) y Grant Wood (1891-1942) exaltaron el artístico medio oeste. Al mismo tiempo, artistas como Edward Hopper (1882-1967) retrataron las ciudades y los pueblos con original realismo. La Depresión de los años 30 y el aumento de las tensiones por todo el mundo, multiplicaron el arte romántico de protesta social, estilísticamente similar al que promovieron algunos artistas en la Unión Soviética y los muralistas en Mexico. En todas partes, los artistas montaron extraordinarios ataques pictóricos a los sistemas sociales en multitud de pinturas y murales públicos. No obstante, en ninguna otra parte tantos artistas declararon tan franca e idealista lo que estaba mal en su país, a menudo a expensas del gasto oficial, como cuando cientos de artistas fueron agregados a la nómina de Estados Unidos como parte del esfuerzo del gobierno federal por proporcionar empleos. Las innovaciones radicales de los expresionistas abstractos en los años 40 y 50 fueron igualadas por los escultores. Los legendarios modelos del pasado fueron abandonados en favor de formas abiertas y fluidas. Se adoptaron nuevos materiales y se empleó el color. Alexander Calder (1898-1976) desarrolló el móvil. David Smith (1906-1965), el primer escultor que trabajó con metales soldados, creó un estilo abstracto monumental que fue de gran influencia en otros artistas. Entre los últimos años de la década del 50 y los primeros de la del 60, los jóvenes artistas reaccionaron en contra del expresionismo abstracto para producir obras de medios "mixtos". Tales artistas, entre ellos Robert Rauschenberg (nacido en 1925) y Jasper Johns (nacido en 1930), emplearon fotos, recortes de periódicos y objetos de desecho en sus pinturas. A principios de los años 60 nació el arte pop. Creadores como Andy Warhol (1930-1987), Larry Rivers (nacido en 1923) y Roy Lichtenstein (nacido en 1923) reprodujeron, con un cuidado satírico, las imágenes y objetos cotidianos de la cultura popular: botellas de Coca-cola, latas de sopa, paquetes de cigarrillos, y tiras cómicas. El pop fue seguido por el arte op, que se basaba en los principios de la ilusión óptica y la percepción. Los años 70 y 80 vieron una explosión de formas, estilos y técnicas. Los artistas ya no están recluidos en sus estudios, o incluso restringidos a la creación de objetos. La obra de un artista podría ser una galería vacía, o un descomunal dibujo grabado en el desierto del oeste, o un suceso videograbado, o un manifiesto escrito; estas diferentes clases de arte llevan distintos nombres: arte terrenal, arte conceptual, arte en escena. Sin embargo, el crecimiento vertiginoso en los años 80 de un grupo de jóvenes artistas comprobó que la pintura figurativa sobre lienzo sigue siendo popular entre el público espectador. Por su parte, el cine se presentó por primera vez en público el 23 de abril de 1896, en el Music Hall de Koster y Bial, en New York. La fecha fue significativa, llegó casi al final de la larga cadena entrelazada de inventos e industrialización, que cambió la cultura comercial de la nación en un lapso de medio siglo. Tan sólo en el ámbito de las comunicaciones, el telégrafo, el teléfono, el fonógrafo, la máquina de escribir, la linotipia, la prensa rotativa, y aun cosas tan comunes como la lámpara incandescente, el estilógrafo, el reparto gratuito del correo rural, y la película fotográfica de George Eastman, hecha a base de celuloide flexible (la cual fue vital para el desarrollo del cine), fueron fruto de ese período y tuvieron algo en común: le dieron un gran impulso a la difusión de la información y a la velocidad con la que se propaga. Asimismo, cada uno de ellos sirvió para grandes empresas corporativas, que con su manufactura y sus ventas los pusieron al alcance del público.