Puerto Rico

Bandera


Escudo

El escudo de Puerto Rico es el más antiguo de sus símbolos patrios. Entre los escudos nacionales de América es, además, el que durante más tiempo ha tenido validez oficial. A petición de los vecinos de la villa de Caparra, primera población de Puerto Rico, los reyes don Fernando II de Aragón, el Católico, regente de Castilla y su hija doña Juana, soberana del mismo reino, le otorgaron a la Isla su escudo el 8 de noviembre de 1511.

En su centro se destaca la figura principal del blasón: Un Cordero plateado, echado sobre un libro rojo y sosteniendo una bandera igualmente plateada, atravesada por una cruz roja. El Cordero, conocido también como el Cordero de Dios o Cordero Pascual simboliza a San Juan Bautista, el Precursor del Señor. Fue él quien anunció la presencia de Cristo entre su pueblo al exclamar: «He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo».

El Cordero fue escogido como figura principal del escudo para recordar y confirmar el nombre de San Juan Bautista, nombre que dio a nuestra Isla su descubridor Cristóbal Colón. El Cordero es además uno de los símbolos más antiguos de Cristo Redentor. El campo o fondo verde del escudo está rodeado por los emblemas heráldicos de los reinos sobre los que don Fernando y doña Juana ejercían su soberanía o alegaban tener títulos de dominio.

Estos emblemas forman la pieza heráldica que se conoce con el nombre de bordura. El orden en que aparecen en ella los emblemas es el siguiente:
1. Blasón de Castilla: Sobre fondo rojo, un castillo dorado de tres torres, la del medio mayor, con puertas y ventanas azules.
2. Blasón de León: Sobre fondo plateado un león rampante (es decir, incorporado o levantado y con las garras extendidas) de color violeta, coronado de oro.
3. Bandera con los blasones de Aragón y Sicília: El primero consiste en cuatro franjas verticales rojas sobre fondo dorado y el segundo, de cuatro triángulos, dos de los cuales llevan el mismo escudo de Aragón y los otros dos (que son los de los lados) el antiguo blasón de Sicilia, es decir, sobre fondo plateado un águila negra, coronada de oro, con el pico y las garras rojas.
4. Blasón del reino de Jerusalén, cuya descripción es la siguiente: En campo plateado una cruz dorada potenzada (es decir, cuyos brazos terminan en forma de T), acompañada en cada uno de sus ángulos de una cruceta (cruz pequeña) sencilla, también dorada.A los lados del escudo figuran (uno a cada lado) los emblemas personales de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel. Son una F coronada, de oro sobre un yugo; y una Y, también de oro e igualmente coronada, sobre un haz de flechas.

Ha de tenerse en cuenta que para la época en que se concedió el blasón, el nombre de Isabel se escribía con Y inicial.Tanto el yugo como las flechas son jeroglíficos (escritura antigua en que las palabras se representaban por símbolos o figuras) que significan a la vez la unión matrimonial de los Reyes Católicos y las de los reinos que, en virtud de su matrimonio, se unieron bajo sus coronas.

La palabra yugo hace, además, referencia, por su inicial, al nombre de Ysabel, mientras que la palabra flechas, también por razón de su inicial, alude al nombre de Fernando.La presencia de la F y de la Y, con sus respectivos emblemas, en el escudo, recuerda según lo expresado en las reales cédulas de concesión que Puerto Rico fue descubierto durante el reinado de dichos monarcas.

Sobre el blasón descansa una corona real descubierta al modo medieval. La corona es insignia de soberanía.Bajo el escudo, en una cinta volante, debe aparecer el lema, que, por haberse perdido el dibujo original del blasón, en que venia pintado, se desconoce. Desde el año de 1905 se usa, como sustituto del lema, la frase «Joannes est nomen ejus», tomada del Evangelio de San Lucas (1:63), y que, traducida al español, significa: «Juan es su nombre».


Himno Nacional

La Borinqueña La tierra de Borinquendonde he nacido yo.Es un jardín floridode mágico esplendor.Un cielo siempre nítidole sirve de dosel.Y dan arrullos plácidoslas olas a sus pies.Cuando a sus playas llego Colón,exclamó lleno de admiración:Oh! Oh! Oh!Esta es la lindatierra, que busco yo.Es Borinquen la hija,la hija del Mar y el sol.del Mar y el Sol,del Mar y el Sol,del Mar y el Sol,del Mar y el Sol!«La tierra de Borinquen donde he nacido yo es un jardín floridode mágico primor.»...Con estas hermosas palabras se canta la primera estrofa de lo que se conoce como el himno de Puerto Rico: La Borinqueña. Pero su himno no se cantó originalmente así; ni siquiera era un himno tal como lo conocemos hoy. Sobre quién compuso la melodía original hay distintas versiones. Vamos a hablar de las tres versiones que existen sobre el origen del himno boricua.Francisco Ramírez, un músico aficionado de San Germán, compuso para su enamorada una melodía que acompañaba con la guitarra. La canción gustó mucho y rápidamente se popularizó en fiestas y serenatas.Ramírez conoció al tenor español, Félix Astol Artés y se estableció una amistad entre ambos. Al escuchar Astol la melodía, le gustó mucho. Como sabía de música le hizo los arreglos pertinentes transformándola en una danza. Se le dio el título de La bella trigueña.Durante esta época, finales del siglo XIX, se acrecentó en muchos puertorriqueños el sentimiento independentista que fomentaba el deseo de luchar contra España. Existía un ambiente de revolucion. En una velada musical, la poetisa sangermeña, Lola Rodríguez de Tió, escuchó la danza y le gustó. Procedió, entonces, a escribirle una letra con versos de tono revolucionario. Estos versos fueron considerados subversivos por las autoridades. La letra de doña Lola Rodríguez de Tió se hizo muy popular y aquella primitiva canción de amor se convirtió en himno de lucha.Durante esta época gobernaba a Puerto Rico el General Laureano Sanz que, furioso por lo ocurrido con la danza, indagó sobre su autor. Ramírez, temeroso de que se le persiguiese y de que lo desterraran, negó haberla compuesto. Entregó, además, el manuscrito de Astol, quien por ser español, estaba a salvo de represalias.El pueblo sangermeño está convencido de que Francisco Ramírez es el autor de La Borinqueña. Al efecto, el 23 de diciembre de 1945, la ciudad fijó una tarja recordatoria en el sitio donde había esta-do la casa de Ramírez. En ella se le reconoce como el autor de La Borinqueña.Según varios historiadores, el autor de La Borinqueña fue el músico español, Félix Astol Artés (1813-1901), que residía en el pueblo de Mayagúez. La letra de la danza empezaba así:«Bellisima trigueñaimagen del candordel jardín de Borinquen pura y fragante flor»En una tertulia en casa del periodista Bonocio Tió Segarra, su esposa, la poetisa Lola Rodríguez de Tió, oyó la danza. Encontró sosa la canción de Astol y le improvisó unos versos. Estos no eran románticos, sino revolucionarios. La nueva letra alcanzó gran popularidad y el gobierno español prohibió que se cantara. Con el tiempo, volvió a usarse la letra romántica y a tocarse la melodía en bailes y actos sociales.Don Félix Astol Artés jamás desmintió a aquellos que alegaban que él no era el autor de La Borinqueña.Don Manuel Fernández Juncos, un español que se crió en Puerto Rico y lo amaba mucho, le puso una nueva letra a La Borinqueña. Esa es la letra que hoy conocemos. Surgieron intentos de crear otros himnos que sustituyeran La Borinqueña, pero ninguno prosperó. El pueblo se identificó con la letra de Fernández Juncos. Durante años fue el himno de Puerto Rico una danza, no una marcha. Fue himno por voluntad del pueblo, que se identificó con él.En 1952, la Asamblea Legislativa de Puerto Rico aprobó una ley estableciendo La Borinqueña como el himno oficial del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Don Ramón Collado hizo a la danza el arreglo musical necesario para convertirla en una marcha. Esa marcha es el himno que hoy conocemos.En 1977, las Cámaras Legislativas y el Gobernador aprobaron como letra oficial del himno, la escrita por Manuel Fernández Juncos.


Baile

El baile típico de Puerto Rico es el Pleno. El ritmo tiene raíces africanas muy fuertes, son una mezcla de diversas culturas, influenciado por generos de la música tales como Taíno, jíbaro, danzas, y otros estilos europeos.


Flor

Flor de Maga (Thespecia grandiflora; Maga grandiflora; Montezuma) árbol siempre verde, silvestre o cultivado, oriundo de Puerto Rico, de los bosques calizos húmedos. El árbol de Maga está ampliamente extendido por toda la Isla. Fue introducido a varios países del Caribe y el sur de la Florida. Alcanza entre 9 y 15 metros (30 a 50 pies) de altura.

La corteza exterior del árbol de Maga es gruesa y áspera, con muchos surcos profundos. Es un árbol de tronco grande, hojas en forma de corazón, ligeramente gruesas, de borde liso; flores grandes, solitarias, abiertas, de 5 pétalos de color rojo. El árbol de Maga da un fruto redondo de punta aguda, que puede ser carnoso o duro y no abre al madurarse, de color verde. Produce flores y frutos el año entero. Madera dura, pesada y duradera, que se ha usado para hacer muebles e instrumentos musicales.

Se encuentra en casi todos los bosques públicos puertorriqueños y abunda especialmente en los municipios de Morovis y Patillas. La Flor de Maga es la flor símbolo de Puerto Rico.


Ave

El coquí es sin duda el rey de la fauna puertorriqueña, no por su rareza, pues abunda por doquier, sino por la peculiaridad de su canto que le hace muy popular. El coquí es una rana arbórea que se oye por las noches en cualquier lugar.

Se le llama así porque su canto es constante "co-quí, co-quí,..." Y pese a su pequeño tamaño, su voz es fuerte y sonora. Durante el día permanece mudo en el follaje, pero al llegar la noche comienza su canto. El coquí no pasa por la etapa de renacuajo y se desarrolla directamente en el huevo. La mayoría de los coquíes son de color marrón, aunque también hay una especie que es verde.

Pierden abundante agua a través de la piel, y por ello necesitan vivir en lugares muy húmedos. Dice la leyenda que el coquí sólo canta en Puerto Rico y que se muere de tristeza fuera de la isla.

Cuando un puertorriqueño quiere expresar su nacionalidad, dice "soy más puertorriqueño que el coquí".


Poeta

Luis Llorens Torres, abogado, político, y renombrado poeta. Escribió la "Canción de las Antillas ". Juan Antonio Corretjer, poeta nacional por excelencia. La poesía le viene de la tierra, es producto de su fe en Borinquen. Su quehacer estético es consecuencia de su entrega en cuerpo y alma a la causa de Puerto Rico y a la actualización de lo autóctono de la isla. Nació en Cuales el 3 de marzo de 1908.

Es una de las voces poéticas mas auténticas y singulares que ha producido la lírica puertorriqueña. Los grandes temas de su poesía han sido el amor, la patria, lo indígena. Su extensa obra literaria se recoge en varios poemarios entre los que se destacan: Agüeybana (1932), Ulises (1933), Amor de Puerto Rico (1937), Cántico de Guerra (1937), El leñero (1944), Los primeros años (1950), Tierra nativa (1951), Alabanza en la Torre de Cuales (1953), Don Diego en el cariño (1956). Otros como: Genio y figura (1961), Pausa para el amor (1967).

De sus trabajos en prosa merecen mención los siguientes: El buen borincano (1945), Llorens: juicio histórico (1945), La revolución de Lares (1947), Nuestra bandera (1947), Contestación al miedo (1954), Futuro sin falla (1963), Hostos y Albizu Campos (1965), entre otras obras de significativa excelencia literaria.

Su dedicación a los sacrificios personales en pro de la independencia de Puerto Rico lo convierten en figura histórica. Su excelente obra poética le garantiza un sitial eterno en la historia literaria boricua como uno de los poetas mas originales.


Deporte

El deporte nacional puertorriqueño es el béisbol o la ¨pelota¨. El puertorriqueño tradicional es deportista por nacimiento, los primeros atletas datan de la época de los indios taínos, se ejercitaban utilizando una pelota especial. El juego de Béisbol fue introducido oficialmente en 1896. Los primeros partidos se celebraron en la Liga de las Bases Redondas.

Los tres primeros equipos fueron el Almendares, Borinquen y Habana. Entidades como la Federación Deportiva del Norte, Liga Semi-Profesional, Circuito Superior de Béisbol Aficionado y la Liga Profesional, han auspiciado torneos de aficionados y profesionales. El béisbol de las Grandes Ligas ha tenido dignos representantes puertorriqueños en su organización. Se practican también otros deportes como: basketball, golf, surf, maratones, tenis, natación, patinaje, entre otros.

Como atleta del béisbol hay que destacar la historia del gran deportista Roberto Clemente. Desde sus humildes raíces en el pueblo de Carolina, "El Grande" alcanzó la fama en su posición de bosque de la derecha para los Piratas de Pittsburgh. En 18 temporadas jugando en las Grandes Ligas, fue seleccionado 12 veces como participante en el juego de estrellas.

Se le confirieron cuatro títulos por sus logros como bateador y ganó 12 Guantes de Oro. En 1966 fue designado como el Jugador más valioso de la Liga Nacional y en 1971 llevó a los Piratas a su victoria en la Serie Mundial.

El 31 de diciembre de 1972, en una misión para llevar ayuda para las víctimas del terremoto en Nicaragua, Roberto Clemente murió en un accidente aéreo en las costas puertorriqueñas. Al año siguiente se convirtió en el primer latino incorporado a la Sala de la Fama del Béisbol.

Clemente dejó su marca indeleble en el beisbol, dentro y fuera de los parques de juego. Como jugador, fue la primera super estrella latina, abriendo camino para mucho otros de los más destacados jugadores en la actualidad tales como Sammy Sosa y Manny Ramírez.
Fue una gran inspiración para sus compañeros puertorriqueños, muchos de los cuales, como Juan Gonzalez, Bernie Williams y Roberto Alomar, se encuentran perennemente entre los mejores del deporte.

Los hijos de Clemente han encabezado los esfuerzos por preservar la herencia de su padre. Cada vez con mayor frecuencia jugadores de beisbol de Puerto Rico y de América Latina están siguiendo el ejemplo de Roberto Clemente. Han creado centros comunitarios y clínicas de deportes que tienen como fin mantener a los jóvenes ocupados y fuera de las calles mientras reciben instrucción en las destrezas fundamentales del éxito.

Carlos Baerga de los Indios de Cleveland, otro destacado puertorriqueño, ha ido más lejos que eso. Es el auspiciador del evento caritativo de béisbol más grande del mundo: un juego de grandes estrellas que se realiza anualmente en San Juan. 27 años después de su muerte, la memoria de Roberto Clemente sigue reluciente.


Héroe

Pedro Albizu Campos: Nacido el 12 de septiembre de 1891 en Machuelo Abajo, Ponce. Sus padres fueron Alejandro Albizu Romero y Juliana Campos. Estudió la escuela primaria y secundaria en Ponce. Sufrió las privaciones y los males de la pobreza causados por la invasión militar de su país en 1898. Pero éstos no eran impedimientos insuperables a su persona porque lo bendijeron con una inteligencia superior.

Le concedieron una beca de ingeniería en la universidad de Vermont en 1912. Después de su primer año, Albizu satisfizo con algunos profesores de la universidad de Harvard que fueron impresionados tan altamente con la mente brillante del erudito joven que le ofrecieron un lugar en dicha. Así, comenzó una de las carreras intelectuales más extraordinarias. En Harvard, Albizu demostró inteligencia notable y cualidades extraordinarias de la dirección.

Él era reconocido por muchos honores académicos y un sin fin de grados en el campo de la humanidad, ingeniería química, ciencias militares y leyes. Él también adquirió un conocimiento extenso de historia y política, así como sus facilidades para el idioma. Esta enseñanza convencional increíble fue lograda por Albizu en siete años. Albizu era un orador de gran alcance.

Durante las décadas de 1930 y 1950, las multiplicidades en Puerto Rico recolectaron alrededor de su podium en los cuadrados públicos para escuchar sus discursos elocuentes de la emancipación y vibrar con la pasión patriótica de su mensaje. En 1921 ensambló el partido de la unión de Puerto Rico. En 1925 lo eligieron vice presidente de la organización.

Entre 1927-1930 viajó extensivamente a través de Suramérica en donde solicitaba ayuda a países de la región en solidaridad hacia el movimiento de independencia de Puerto Rico. En 1930 lo eligieron presidente del partido. En 1936 el uso de la fuerza lo arrestó y fue acusado de conspiración contra el gobierno de los Estados Unidos.

Lo encontraron culpable y fue condenado a 10 años en prisión. De esta forma comenzó así una vida larga en prisión que se extendió por 22 años y que terminaría solamente unos meses antes de su muerte. Regresó a la isla en 1947, esta vez residía con su esposa en San Juan. Después de los episodios violentos de 1950 en los cuales el partido nacionalista estuvo implicado en batallas feroces con la policía, lo arrestaron otra vez. Un tiempo después y debido a su estado de salud, fue perdonado por el gobernador.

Después de que el incidente famoso en el cual los nacionalistas de Puerto Rico atacaron al congreso de los EEUU, y a pesar del hecho a él nunca le fuera probado su lazo directo en el incidente, Albizu fue arrestado y condenado otra vez. Esta vez él sólo abandonó la cárcel para su muerte el 21 de abril de 1965 en San Juan.

La universidad de La Habana le concedió el grado de Doctor en Ciencias Políticas Honoris Causa el 24 de abril de 1965. Albizu es hoy considerado un simbolo patriótico por su dedicación y sacrificio a su país.