El Salvador

Escudo

El escudo de armas de El Salvador fue creado por el calígrafo Rafael Barraza Rodríguez, quién ganó un concurso en 1912. Los blasones representan la nacionalidad salvadoreña, los cinco volcanes, a cada una de las naciones centroamericanas, unidas por la misma base, esa base es el idioma, las creencias, que obligan a ser solidarios en caminar hacia el progreso; dos mares que bañan esos volcanes, son el océano Atlántico uno, y el Pacífico el otro, que encierran el espíritu de un pueblo en constante y solidaria comunión con las demás naciones libres. El gorro frígido sobre los volcanes, coronado de rayos luminosos, es el mismo símbolo de progreso inspirado en la fraternidad, la libertad y el compromiso de creer en la igualdad de los pueblos. El arco iris, representa la paz que debe reinar en todo el Istmo. Las cinco banderas en las que se conservan los colores de la enseña federal, representan la herencia de los próceres. El triángulo equilátero y los pabellones, que encierran todos esos elementos, simboliza el lema trinitario que significa la igualdad de todos, en deberes y derechos, en razón y costumbres, ideales y dignidad. Los laureles, son honra, gloria y triunfo, es decir, que todos, los catorce departamentos que conforman la República, deben afanarse por ser un pueblo, su fe, su armonía con sus semejantes y el regocijo y aprovechamiento de lo que vivir en una nación libre e independiente. Sobre la base que une los ramos, aparece la leyenda: ¨Dios, Unión, Libertad¨, que concreta la creencia en un poder superior que todo lo gobierna.


Himno Nacional

El Himno Nacional de El Salvador, que se adoptó popularmente como la Canción Nacional, el 15 de septiembre de 1879, no tuvo reconocimiento oficial sino hasta hace diez años, como consecuencia de una ruidosa polémica de prensa que se suscitó por unas dudas al respecto, y después de la cual se demostró que el Himno Nacional reconocido oficialmente era otro. En efecto, el Himno fue compuesto y escrito por los artistas Juan Aberle, compositor italiano que llegó al país a fines del siglo pasado dirigiendo una Compañía de ópera y el General Juan José Cañas, inspirado poeta y militar distinguido que hizo armas en la Compañía Nacional contra los filibusteros, allá por el año de 1856. Lo compusieron por recomendación del Presidente Doctor Rafael Zaldívar y fue cantado por primera vez en el antiguo Palacio Nacional el 15 de septiembre de 1879, por los niños y jóvenes de las escuelas y colegios oficiales y particulares de la ciudad capital. Tres meses habían estado los escolares estudiando el Himno, de tal manera que cuando lo cantaron por primera vez, en aquella mañana de septiembre, la impresión fue magnífica. tanto el inspirado poeta, como el ilustre compositor, habían triunfado. Este no fue, sin embargo, el Primer Himno Nacional que tuvo El Salvador. El primero fue compuesto, entre septiembre y octubre de 1866, por el Doctor Tomas M. Muñoz, quien hizo la letra, y por el compositor don Rafael Orozco, a la sazón Director de la Banda Militar quien hizo la música. El Himno fue dedicado al Presidente de aquel entonces, Doctor Francisco Dueñas, quien lo declaró, con fecha 8 de octubre de aquel año, "Himno Nacional", siendo cantado y ejecutado oficialmente el 24 de enero de 1867, a la hora de la retreta, frente a la residencia oficial del mandatario. Pero este Himno, compuesto expresamente para adular a un gobernante, tuvo vida efímera y al dejar la presidencia el Doctor Dueñas, no se volvió a cantar ni a ejecutar en ninguna parte. Como se hacía necesario un canto patrio, fue así como el Presidente Zaldívar pidió a los artistas Aberle y Cañas que compusieran el canto patriótico que estaba. CORO Saludemos la patria orgullosos de hijos suyos podernos llamar; y juremos la vida animosos, sin descanso a su bien consagrar. I De la paz en la dicha suprema, siempre noble sono El Salvador; fue obtenerla su eterno problema, conservarla es su gloria mayor. Y con fe inquebrantable el camino del progreso se afana en seguir, por llenar su grandioso destino, conquistarse un feliz porvenir. Le protege una férrea barrera contra el choque de ruin deslealtad, desde el día que en su alta bandera con su sangre escribio: LIBERTAD!! II Libertad es su dogma, es su guía que mil veces logró defender; y otras tantas, de audaz tiranía rechazar el odioso poder. Dolorosa y sangrienta es su historia, pero excelsa y brillante a la vez; manantial de legítima gloria, gran lección de espartana altivez. No desmaya en su innata bravura, en cada hombre hay un héroe inmortal que sabrá mantenerse a la altura de su antiguo valor proverbial. III Todos son abnegados, y fieles al prestigio del bélico ardor con que siempre segaron laureles de la patria salvando el honor. Respetar los derechos extraños y apoyarse en la recta razón es para ella, sin torpes manos su invariable, más firme ambición. Y en seguir esta línea se aferra dedicando su esfuerzo tenaz, en hacer cruda guerra a la guerra; su ventura se encuentra en la paz.


Símbolos Patrios

El Escudo, la Bandera y el Himno Nacional


Baile

Danza Xuc


Flor

La Flor Nacional es la Flor de Izote. Es muy especial, ya que es originaria de la región de Mesoamérica, a la cual pertenecen los países centroamericanos. Pertenece a la familia de los Liliáceos y a la orden de las Liliflorales. Éstas comprenden muchos géneros y especies. Además, la flor de izote es muy útil ya que gran cantidad de ellas son comestibles y sirven para hacer textiles y se pueden usar de manera ornamental.


Arbol

Maquilishuat y Bálsamo. El maquilishuat y el bálsamo son los árboles nacionales salvadoreños. El maquilishuat posee una belleza suprema y puede alcanzar una altura de hasta 30 metros. Su follaje es muy espeso y muy floreado durante la mayor parte del año. Sus hojas son compuestas y sus flores de color variable. Estos dos árboles nacionales fueron establecidos en 1939 por decreto ejecutivo.


Ave

El torogoz.


Poeta

Alfredo Espino fue dotado de excepcionales condiciones para el verso, escribió una obra de formas y contenidos irregulares, proclive en algún caso a la canción fácil, a la rima forzada cuando no a la descripción obvia del paisaje. El poeta vivió un poco más de 28 años, nació el 8 de enero de 1900 y murió el 24 de mayo de 1928, hijo del poeta Alfonso Espino y de la educadora Enriqueta Najarro, en San Salvador cursó la carrera de leyes en un ambiente bohemio, como se estilaba en aquellos tiempos. Escribió únicamente 96 poemas, y gracias al entusiasmo de su padre, la generosidad de Alberto Masferrer que leyó la recopilación de trabajos sueltos, y con el apoyo de un grupo de amigos y admiradores, sus poemas se reunieron en un pequeño libro al que se llamó Jícaras Tristes en 1930, el cual está dividido en seis partes que, en pocos años, se convirtió en el libro preferido de diversas capas de la sociedad salvadoreña. La oficialización de los poemas de Espino es un fenómeno aún no explicado por quienes se dedican a la crítica literaria. Los poemas juveniles de Alfredo Espino reflejan una situacion personal, anímica, y que los mismos fueron escritos en un medio social muy próximo al feudalismo agrario. Para él todo debería ser belleza, pues si la naturaleza era pródiga, igual debería ser el alma humana y el sistema social. Considerado poeta nacional, "cantor de las cosas sencillas del terruño", su visión, el poeta ve, siente, recoge "piedras preciosas" donde hay güijarros y hambre. En uno de sus poemas más divulgados, Ascensión, nos da su visión del hombre y el mundo.


Deporte

El fútbol es el deporte nacional. Se practican otros deportes como: basketball, softball, baseball, volleyball, natación; también el boliche, el tenis de mesa, surfing, ski acuático, golf y equitación.