Aruba

La arquitectura en Aruba ha estado representada no sólo en la construcción de hogares para sus habitantes, sino también que ha adaptado formas, tendencias y expresiones muy individuales, y ha estado expuesta al igual que el resto de las islas a las influencias europeas. Las casas más antiguas se construían de caliche, una sustancia de calcio encontrada en las colinas del sudeste de la isla. Sus tejados sesgados son típicos en muchas de sus construcciones, lo que ha permitido soportar el calor, mientras que sus pequeñas y delineadas ventanas aguardan y contienen el aire fresco. Muchas de estas construcciones han sobrevivido el de cursar del tiempo; algunas cuyos materiales son de piedra se han conservado y permanecen casi intactas a pesar de los años. Aunque el cemento y hormigón han reemplazado a los materiales más viejos, el plan contemporáneo ha retenido muchos elementos básicos encontrados en las casas tradicionales. Se han agregado otros rasgos que las distinguen como nuevas como las ventanas que se caracterizan por ser más alargadas, aunque todavía estrechas, algunos cambios en las persianas de madera, la introducción de patios y azulejos, así como la ornamentación detallada de los tejados, balcones y entradas. El remanente más antiguo de la arquitectura holandesa lo constituye el Fuerte Zoutman y la Torre del Rey Willem III, culminando la construcción de ambas edificaciones en 1796. El Fuerte se nombró Zoutman por un almirante holandés. La armada de la torre está compuesta por cuatro cañones. En 1868, a la Torre se le agregó el primer reloj público de Aruba, además también sirvió de guía, ya que se le adicionó un faro que utilizaba una lampara de gasolina. Durante casi un siglo, en el Fuerte Zoutman se alojaron las oficinas gubernamentales, una sección de policía y una prisión. En la actualidad estos edificios alojan el Museo Arubano que contiene piezas de gran valor desde la colonia arubana hasta nuestros días.