Frente a Ábacos y Eleuthera, los submarinistas pueden visitar los restos de dos trenes que se hundieron mientras eran transportados.
Recife, capital del Estado de Pernambuco, dispone de una eficiente infraestructura para acoger a los turistas que la visitan, cuenta con numerosos hoteles y restaurantes y está reconocida como centro cultural, de ocio y servicios del nordeste de Brasil.
Es el principal centro teatral, gastronómico y médico de la región, tiene un contraste armonioso entre antiguos monumentos de Recife Antiguo y modernas edificaciones en el centro de negocios de la ciudad.
En Recife hay ríos, con muchos puentes; playas diversas, como la de Boa Viagem, urbanizada, bella y con piscinas naturales; las expresiones artísticas y populares y la hospitalidad de su gente.
Las opciones de ocio son muy variadas, tanto a aquellos a quienes les gustan sitios calmos y relajantes, como para quienes prefieren la vida nocturna.
A Recife, también la nombran Venecia de Brasil, y en ella coexisten la modernidad y la historia con sus edificios coloniales y tradicionales callejones.
En el período en que el país fue sometido a la dominación holandesa, Recife fue sede del gobierno (1630-1653). Cuenta con un casco histórico que data de los siglos XVI y XVIII, legado por los colonizadores portugueses y holandeses.
El antiguo Recife o barrio de Recife, constituye al casco histórico y posee edificaciones de un valor arquitectónico invaluable. Muchas de ellas son utilizadas actualmente como bares y restaurantes con mesas en las aceras, teatros y tiendas. Algunas de sus calles no permiten el acceso de vehículos y es uno de los principales sitios de reunión durante la noche.
En el barrio de Recife se puede visitar la Torre Malakoff, del siglo XIX que otrora fuera un observatorio astronómico. El Museo Militar se encuentra ubicado en el Forte do Brum de 1630, construido por los portugueses y holandeses.
Resultan de interés para dar un paseo el Parque de las Esculturas, un museo a cielo abierto con cerca de 90 obras del artista plástico Francisco Brennand, fue construido en el año 2000 en celebración a los 500 años del descubrimiento de Brasil, y cercano a ese lugar está la Plaza Marco Cero, zona de fundación de la ciudad y uno de los locales más importantes de la capital pernambucana.
Frente a Ábacos y Eleuthera, los submarinistas pueden visitar los restos de dos trenes que se hundieron mientras eran transportados.