Las matrículas automovilísticas de Bonaire llevan el eslogan "Paraíso del Buceador", y los submarinistas dicen que es cierto.
Ubicado en una de las populosas esquinas conformadas por las calles Prado y Neptuno. Auténtico y lujoso, el Telégrafo nos recuerda elparadigmático hotel que fuera a fines del siglo XIX. Su ecléctica fachada, descubre hoy la evolución arquitectónica que tuvo en el tiempo. Dos primeros niveles que respetan su concepción original constituyen el preludio para los pisos superiores, muestra de una idea mucho más contemporánea.
Las matrículas automovilísticas de Bonaire llevan el eslogan "Paraíso del Buceador", y los submarinistas dicen que es cierto.