Cuando el volcán Mont Pelée, en Martinica, entró en erupción en 1902, la lava y los gases tóxicos mataron a todos y cada uno de los 38.000 ciudadanos de St. Pierre, a excepción de uno: un preso de la cárcel de la ciudad.
Domina una altura que le concede una de las más hermosas vistas del Valle de Viñales, se distingue por la exuberante vegetación que le rodea. Resulta una pieza arquitectónica de exquisito gusto con todo previsto para el disfrute de este escenario natural irrepetible.
Cuando el volcán Mont Pelée, en Martinica, entró en erupción en 1902, la lava y los gases tóxicos mataron a todos y cada uno de los 38.000 ciudadanos de St. Pierre, a excepción de uno: un preso de la cárcel de la ciudad.