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Es el conjunto urbanístico más perfecto de la ciudad construido en el siglo XVIII. El conjunto lo componen varias casas de notable valor arquitectónico, la iglesia, la plaza y el edificio que ocupara el ya desaparecido hospital de San Juan de Dios (1728). En ese hospital, en 1873, el ejército español expuso a la expectación pública el cuerpo sin vida del luchador mambí Ignacio Agramonte antes de cremarlo y esparcir al viento sus cenizas. Actualmente el sitio es considerado Monumento Nacional.

De gran belleza arquitectónica. Construido en los primeros años del siglo XX, en una importante arteria comercial y económica de la época.

Es la que mejor conserva los aires coloniales. En esta plaza, que cambió muchas veces de nombre y fuera sede de ponstorescos mercados, se erigieron las primeras casas con portales sobre columnas y vidrieras cromadas de medio punto, típicamente criollas, en las puertas y ventanas. En la esquina de Muralla y San Ignacio se encuentra el Palacio de los Condes de Jaruco.

Comprende la plataforma submarina suroccidental. En el se realizan festivales y eventos subacúaticos internacionales. Alberga todo un sistema coralino practicamente virgen. Limpias aguas y abundante flora y fauna.