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Puerto Antonio

De la capital puede trasladarse a Port Antonio, en la costa nororiental. Para ello hay que atravesar las Blue Montains; esta zona es la más lluviosa de la isla, configurando un paisaje feraz y atractivo. La carretera es estrecha, empinada y retorcida; discurre por un panorama espléndido, el paisaje es muy verde con espeso bosque, acompañado de distinguidas plantaciones de café. Según cuentan sus pobladores durante los años 50 fue el lugar más exclusivo de Jamaica, frecuentado por gentes como Bette Davis y Errol Flyn, cuya casa es ahora un hotel. Resulta un destino perfecto, tranquilo, destacándose por su paisaje costero, ideal para el descanso, donde usted estará apenas rodeado de pequeñas cabañas y elegantes villas. Podrá visitar las Balsas de Río Grande, la Laguna Azul, las Cataratas de Saltos Mortales, Cavernas Diferentes, los Jardines Athenry y la Playa Boston. Bendecida por agradables temperaturas casi todo el año, ofrece al visitante playas de ensueño, siempre plenas de sol, y las denominadas Montañas Azules, consideradas un refugio para las horas de más calor, entre plácidos ríos y frescas cataratas. Suele ser la zona recomendada para una noche romántica, famoso por la calidad de los restaurantes, muchos de ellos con vista a las montañas azules y con un servicio cabal. La cocina de Jamaica es una mezcla deliciosa de los antepasados indios, españoles, africanos y asiáticos. Para finalizar la noche, un poco de baile al ritmo de calipso y algún que otro trago en la piscina, todo bajo la elegancia de la noche disfrazada de cielo adornado con estrellas.

Montañas Mandeville

Mandeville, lugar caracterizado por su toque británico, es la principal área montañosa de Jamaica, situada a 103 km de Kingston. Es la ciudad montañosa más grande de la isla y el quinto centro urbano. La ciudad muestra la tradicional arquitectura inglesa y las estructuras originales de la época todavía permanecen vivas aguardando el tiempo. La ciudad fue fundada en 1816 en nombre de Lord Mandeville, el hijo mayor del Duque de Manchester, el gobernador de dicha parroquia. Con una gran variedad de paisajes campestres y facilidades para acampar, es el lugar ideal para terminar el viaje, de manera relajante. Otras opciones pueden ser alojarse en alguno de sus hoteles o disfrutar de la comida del lugar. Alejado de la costa, con un clima suave y fresco, este rincón de tranquilidad, ofrece un cambio de ritmo que vale la pena experimentar.

Falmouth

ciudad portuaria a 42 km. al este de Montego Bay

Saint Elizabeth

Localizada en el sudeste de la isla de Jamaica, en el Condado de Cornwall, su capital es Black River

Runaway Bay

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Fort de France

Fort de France, la capital de Martinica es una ciudad hermosa al igual que la isla rodeada de hermosos paisajes y playas. Los que la visitan siempre encuentran motivos para viajar hasta aquí. Los amantes del buceo recorren los fondos submarinos atraídos por los barcos naufragados frente a la bahía de la ciudad; los amantes del ejercicio recorren varias rutas trazadas en las faldas del volcán y disfrutan además de espectaculares vistas sobre el norte de la isla. La Bahía de Fort-de-France es una de las más hermosas del mundo. La gastronomía hace gala de una amplia variedad de la cocina local e internacional pues no alcanza el tiempo para recorrer sus más de 200 restaurantes, además de sus discotecas, teatros y cines. Por su parte, los más variados hoteles le ofrecen al visitante el mejor confort y comodidad. Asimismo, sería interesante una parada en la Catedral de San Luis, al estilo neo-romántico con bellas vidrieras compitiendo en belleza con la espléndida Biblioteca Schoelcher, construida en 1889 para la exposición de París y traída a las Antillas piedra por piedra. Tampoco olvide visitar la escultura de la martiniqueña más célebre, Josefina, la esposa de Napoleón. Si al final desea hacer algunas compras, puede acudir al mercado, con variados productos, especialmente de artesanía. Para conocer la naturaleza, nada mejor que el Jardín de Balata, a las afueras de la capital. Compartir también un paseo por el “Parque de la Savane”, y disfrutar del aroma y de los árboles y las flores del trópico es indudablemente una buena opción. No deje pasar la oportunidad de visitar una destilería de ron cercana a la ciudad que, los martiniqueños aseguran es el ron mejor del mundo.

Basse Pointe

Salir de la capital es aventurarse en los dominios de la naturaleza. Atrincherada en un interior escarpado, viste de verde todo lo que está a su alcance. Basse Pointe, lejos del ajetreo y agobiante movimiento de la ciudad, se encuentra situada al norte de la costa atlántica. Es una comunidad agrícola con plantaciones de ananás y banano. Resulta ser el sitio ideal para la relajación y el descanso, suele ser muy acogedor para un paseo a caballo, caminar, disfrutar de una naturaleza sana, compartir un café en el pueblo o deleitarse con una sabrosa comida local o comprar algún recuerdo para llevarse consigo. Resulta un viaje paradisíaco para quienes desean disfrutar de la tranquilidad y el sosiego. De nuevo la tierra martiniqueña se empeña en recordar un pasado reciente. Vale la pena hacer un desvío pequeño para visitar la plantación de Leyritz, un hogar colonial construido en 1700 y renovado en 1970 en un hotel-restaurante, antigua hacienda azucarera, hoy ingenio, y vivir junto a sus salones, sus tierras de cultivos y sus alojamientos, que se han convertido para sus pobladores, en un museo-hotel con las mejores comodidades.

Diamant

Diamant le ofrece maravillosas vistas al mar y la posibilidad de realizar actividades como la pesca y el buceo. Si desea apreciar la cultura de la colonia y su historia puede visitar el edificio más solemne de la ciudad, una iglesia del siglo XVIII, catalogada monumento histórico con un llamativo techo de madera en su interior, una mezcla de tradiciones europeas y americanas, aunque verá también otros edificios y casas de museo que le ayudarán a conocer este poblado. Un relajante descanso puede hacerlo en cualquiera de sus afanados hoteles: L´Anse Blue, a las afueras de la ciudad, le brinda maravillosas ofertas; Diamant Beach Club otro de los mejores preparados de la zona. Cuentan con piscinas y restaurantes y los pequeños bungalow. Frente al pueblo emerge con un aspecto bien rotundo la Roca del Diamante que presta el nombre prácticamente a toda la comarca. Con una altura de 176 m, es una roca volcánica que a pesar de su simplicidad ha podido hacer historia. Hoy la Roca del Diamante es un reclamo en todo el mundo para buceadores. Grutas submarinas, pasadizos y formaciones coralinas repletas de vida animal y acompañada de sus playas atraen todos los años a miles de deportistas a este rincón caribeño.

Trinité

Puede ser acogedor un recorrido por las calles de la ciudad de Trinité, la singular arquitectura de algunos de sus edificios marcan el paso de la colonia y la historia que conservan sus muros. Historia, playa, descanso, deporte se ubican entre las tantas opciones que este pequeño rincón puede brindarle, si usted tiene buen gusto para elegir. Una merienda o almuerzo en algunos de sus restaurantes o el hospedarse en cualquiera de los hoteles es una opción que no se debe perder. Darse una vuelta por sus centros comerciales es asunto para no olvidarse, así como llevarse consigo un regalo que invoquen el regreso. Sus playas le invitan al deporte, la natación y el buceo. El parque natural acoge todos los años a numerosos visitantes y nunca falta un buen puñado de curiosos en las ruinas del castillo de Dubut, donde un pequeño museo narra las hazañas, buenas y malas, de esta familia que llegó a hacer muy influyente en Martinica.

Saint Pierre

Saint-Pierre se encuentra en una bahía hacia el noroeste de la isla; una de las principales carreteras conduce hasta aquí a lo largo de toda la costa. Si visita este territorio francés podrá realizar excursiones por el Monte Pelé, donde existen varios senderos marcados en las laderas del volcán. Los que gustan de turismo cultural e histórico pueden visitar el Museo Perret, testigo de la tragedia cuando el Volcán del Monte Pelé, hizo desaparecer la ciudad. Muros ennegrecidos, un ambiente de tragedia consumada, se muestran fotografías y restos de la antiguo Saint Pierre que recuerda ese día. El Museo Volcanológico lo cuenta todo sobre las montañas Pelé y el volcán todavía en activo. Otros sitios de interés son el museo “Paul Gauguin” en las afueras de la ciudad. En la calle Victor Hugo, se ofrece una interesante colección de fotografías históricas y de objetos diversos deformados por el intenso calor de la erupción volcánica. Las Ruinas del teatro, emplazadas casi enfrente del Museo Perret, obliga echar una ojeada a los restos de este edificio, construido en el siglo XIX a semejanza del “Gran Teatro de Burdeos. La Galería de la Historia y del Mar y el Valle de las Mariposas, permite visitar una hacienda y un jardín botánico en el que se ven más de dos mil mariposas en libertad. Para quien gusta del mar y los aficionados al deporte acuático la ciudad le ofrece Clubes de Buceo. La mejor opción es la Residencia Surcouf, entre otros hoteles de lujo, preparados para deleitarlo con la mejor de las comodidades y opciones de diversión. Si desea disfrutar de la buena cocina de la localidad, Plateau du Théatre, resulta perfecto para degustar el estupendo pollo asado de Martinica, así mismo están Relais du Musée, La Guinguette, Royal Belle Ville, entre tantos otros restaurantes. Sería interminable la lista de los lugares en los que puede complacerse así mismo, si quiere perder la dieta o simplemente paladear una cocina completamente tradicional y una atmósfera única junto a deliciosos platos antillanos y caribeños.

Tips

En Nevis nació y vivió durante cinco años Alexander Hamilton, consejero de George Washington y uno de los padres de la constitución de los Estados Unidos.