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Chi mundo invisible de la energía

chi mundo invisible de energiaSegún los chinos, el Chi, o energía (también denominada Qi),  es la fuerza de la vida.  Considerado por muchos antiguos sabios como "el aliento cósmico del universo",  concluían "que todo lo que nos rodea es energía". Estas milenarias concepciones  convergen en múltiples sentidos,  con las teorías y la práctica científica que aportan la Física contemporánea y los sorprendentes logros de la Astronomía de nuestros días que testimonian los avances y descubrimientos, en materia de energía, de la Ciencia Espacial en la exploración del Universo.
Es importante saber, y a ello contribuye notablemente el Feng Shui, que todos los seres humanos somos capaces de desarrollar una gran sensibilidad hacia la energía, esa fuerza que nos da vida a nosotros y a nuestros hogares, que además influye en nuestros estados de ánimo, en las emociones y que alimenta nuestro ser como fuerza de vida intangible e invisible.
Pero el Feng Shui, con el chi y la energía, va más allá de la teoría. Es un eficaz  y útil camino, un valioso instrumento en nuestras manos para potenciar cada día la energía de nuestras vidas y evitar su debilitamiento. Nuestro cuerpo (mejor decir nuestro ser, porque este concepto integra mejor tanto lo físico como lo mental y espiritual); la vivienda que ocupamos y su entorno; los objetos que conservamos en ella; su ambiente tanto interior como exterior; el lugar de estudio o de trabajo; los alimentos que tomamos; los animales o mascotas que comparten nuestra existencia… todos generan energía, que según el caso, puede ser positiva o negativa, abundante o débil. Cuando nacemos, el espíritu y la energía que nos acompaña resultan nuevos, luminosos y puros. En la medida en que crecemos, maduramos y envejecemos, según sea nuestra experiencia vital,  esa energía se debilita, pierde su brillo y fuerza, y nuestro espíritu se opaca si no somos capaces de organizar todos esos factores mencionados de manera tal que esa energía pueda ser desbloqueada,  recuperada, potenciada y mantenida. La sabiduría y conocimientos que atesora el Feng Shui nos dan las claves, el camino y el método,  con  sus casi infinitos consejos y orientaciones, para que la energía fluya con ímpetu, equilibrada,  y recupere todo su esplendor.
 

Equilibrio y fuerzas naturales.

EquilibrioDesde la Antigüedad, diversas civilizaciones, entre ellas la china, consideraban la Tierra como un ser vivo, dotada de un sistema nervioso relacionado con su campo magnético, con nodos (puntos) de potencia, similares a los puntos de acupuntura en el cuerpo humano,  líneas que conectan dichos nodos y que surcan de forma invisible toda la superficie terrestre. Las palabras feng shui se traducen como viento y agua, representan un conjunto profundo de conocimientos que tienen sus raíces en la observación de las fuerzas y formas que rodean a la naturaleza. Feng Shui es resumido por los maestros antiguos como el arte de encauzar y conservar el Chi, Qi o energía vital, en un intento por mejorar las condiciones ambientales que fomentan la vida, la salud y armonía general. Estos principios fueron resumidos en una disciplina denominada geomancia, que alcanzó gran popularidad en el pasado, y que se basaba en la observación empírica de los fenómenos naturales y en la experiencia de los campesinos dedicados al cultivo de la tierra y a la cría de animales.
En un texto clásico de geomancia china titulado el Zangshu, del maestro Guo Pu (276-324 d.c.) se expresaba: "El Chi (Qi o energía), viaja y se dispersa con el viento pero se retiene en presencia del agua". Esta frase nos aclara sobre el origen del término feng shui (viento y agua), es decir, el arte de canalizar y conservar el chi.El estudio sistemático y serio del feng shui puede acercarnos a la comprensión de la energía ambiental en sus múltiples aspectos, lo que nos facilitará encontrar lugares sanos para vivir, trabajar o ayudarnos a construirlos.Un lugar con buen feng shui promueve el flujo de corrientes positivas hacia el hábitat o medio ambiente, llega a  influir en la vida de sus habitantes, se traducen en buena salud,  equilibrio mental y espiritual, estabilidad y armonía familiar, éxito en las iniciativas o trabajos emprendidos, o en lo que algunos  llaman "buena fortuna". Es evidente que el destino personal no está marcado inflexiblemente  por el entorno exterior ya que  existen hechos más profundos en la vida de que cada persona. El feng shui tiene sus enseñanzas,  métodos y caminos,  que pone en manos de los seres humano, a quienes les toca ser  arquitectos y artífices de su propia vida. Y son los seres humanos, con el auxilio del feng shui, quienes decidirán hacia dónde dirigirán la nave.
 

Cinco Elementos

La teoría de los cinco elementos señala que el universo material puede ser clasificado en cinco categorías representadas por el agua, la madera, el fuego, la tierra y el metal. Estos elementos para el Feng Shui no son propiamente cuerpos materiales sino un nombre representativo de la naturaleza de esas energías, movimientos, o de su tendencia. Más que entidades físicas,  tienen que ver con las esencias que se vinculan a los colores, las estaciones del año, los puntos cardinales, las energías, formas, emociones, y los planetas, creando un sistema de tensiones y equilibrio.
Algunos textos antiguos enmarcan esta teoría entre los años 350 y 270 a. de C.,  pero otros sitúan sus conceptos en épocas mas remotas, donde los cinco elementos ya están presentes aunque de manera más elemental en los sistemas de adivinación chinos.
Los sabios de aquel país, después de conocer, mediante la observación, que todo lo que existe se podía clasificar en cinco relaciones del yin y el yang, de los que surgían cinco modelos diferenciados de energía, abstracción que supone la existencia de cinco tipos diferentes de energía, movimientos o relaciones del yin y el yang, los vincularon, para facilitar su comprensión, a cinco tipos de materiales que ejemplificaban fielmente las categorías de esos modelos diferenciados. Esas cinco relaciones del yin y el yang se expresaron en la ley de los cinco elementos, según la cual más allá del yin y del yang, el Universo se divide en cinco energías que se estimulan y se inhiben una u otra.
Estos cinco elementos tienen efectos uno sobre el otro, creándose, modificándose y destruyéndose uno al otro en una secuencia fija. Además, en cada uno de ellos se expresan o existen los restantes elementos en menores cantidades, por tanto, se define una categoría por su carácter predominante pero no excluyente de la naturaleza de los restantes elementos. Las relaciones de los cinco elementos se expresan en ciclos, de los cuales los dos principales son el llamado ciclo constructivo o generativo,  y el denominado ciclo destructivo o de control, aunque de la interrelación de estos dos pueden llegar a distinguirse más de treinta. Comprender los dos ciclos principales resulta suficiente para abordar la filosofía de los cinco elementos y sobre todo para la práctica cotidiana o aplicación del Feng Shui. También existen tablas confeccionadas donde se combinan los cinco elementos en dependencia de su función e interacción a saber: que genera o potencia (madre); al que genera o debilita (hijo); que le controla o destruye (abuelo), y al que controla (nieto), entendiendo estos nombres no en sentido literal sino figurado.
Los cinco elementos ejercen un equilibrio benéfico y están presentes en el Feng Shui para analizar y propiciar la situación más armónica de un entorno y de la relación de este con cada residente. También lo están para el mantenimiento de ambientes propicios siguiendo el ciclo de los cinco elementos, si se precisa potenciar la energía de un elemento, si está ausente o es insuficiente, para lo que se puede introducir el elemento que falta. Las armonizaciones básicas se realizan teniendo en cuenta si hay desequilibrio por insuficiencia o desequilibrio por exceso.
Igualmente identifica los cinco elementos en el entorno, clasificando todas las cosas según los cinco elementos básicos, que están relacionados con un amplio espectro de factores, colores y formas que se combinan e interrelacionan. Cada objeto de una habitación es un compuesto de uno o varios de estos elementos. Se considera que la armonía se propicia cuando los cinco elementos están presentes de alguna manera, en los espacios que habitamos o donde trabajamos, si ocurre lo contrario, resultará un lugar incómodo y poco favorable, con perturbaciones y pérdida del equilibrio.
 

Yin y Yang

Ying y YangPara la filosofía china, y para el conjunto de la cosmología del Oriente, la naturaleza es un organismo viviente que respira con dos vientos esenciales: uno que expande y otro que inspira, y que denominan  yin y  yang. Con ellos  explicaban casi todos los fenómenos del mundo natural.
Lo esencial de este concepto es que todo se encuentra en continuo movimiento y cambio, o sea, que nada permanece fijo e inmutable. La idea del yin yang  es fundamental para el feng shui, que es la idea de opuestos sin oposición. Son complementarios y se necesitan mutuamente para existir. Los cambios constantes de interacción de yin y yang dan lugar a la infinita variedad de patrones de la vida. A manera de ejemplo, porque el listado es muy amplio: Son yin el norte, la tierra, lo femenino, la oscuridad, el frío, abajo, lo pasivo, lo suave, el otoño, espíritu, lo negativo, la noche, mojado, lo bajo, la luna, lo poderoso. Son yang, el sur, el cielo, lo masculino, la luz, el calor, arriba, lo activo, lo duro, verano, la materia, positivo, el día, seco, alto, el sol, lo débil.
Por otra parte, la ciencia Occidental contemporánea ha definido que toda energía es de forma vibratoria y que la materia es una forma de manifestación de esa energía a una determinada frecuencia, siendo nuestros sentidos físicos los que la captan e interpretan como tal.
A partir de estos hechos, descritos hace más de 20 siglos por las culturas orientales,
 todo es energía en movimiento,  la realidad visible está integrada por flujos y reflujos de energías, radiaciones y campos pulsantes que mueven la vida y posibilitan,  lo material y lo inmaterial, (como el pensamiento). Lo que se manifiesta, incluidos los seres humanos, es energía en movimiento y transformación constantes.
Esos campos pulsantes tienen dos polos fundamentales, que de una parte transforman la materia en energía, y de la otra  producen la transformación de la energía en materia. Esta es la pulsación básica de nuestra realidad. Sin entrar en más detalles de corte científico, podemos concluir que esta bipolaridad era conocida por las tradiciones espirituales del Oriente, en especial por el taoísmo y el budismo, y se expresa en el concepto de  no permanencia, en la comprensión de que la vida está transformándose continuamente en muerte y viceversa. Que este vacío se torna fenómeno y los fenómenos se vuelven vacío. Esta doble polaridad los taoístas la denominan  yin y yang.

En el orden práctico, los antiguos maestros y sabios de diferentes culturas, utilizaban las montañas, las piedras, el cauce de los ríos y las plantas como barreras naturales de protección contra las violentas fuerzas del medio, enfrentar el daño ocasionado por eventos climáticos nocivos, y  para rechazar a sujetos enemigos y animales depredadores. Estos conocimientos fueron aprovechados por los taoístas  al organizar los jardines con piedras y plantas como recursos o símbolos para equilibrar o neutralizar los flujos excesivos de energía yin, dando  protección y  armonía al entorno. Fue el punto de partida. En lo adelante, entendidos y especialistas profundizarán el efecto  yin/yang para el ser humano, la atención a las enfermedades y los recursos para su sanación, así como para lograr en los hogares y otras edificaciones levantadas por la mano del hombre, armonía y bienestar, neutralizando o eliminando todo elemento de energía negativa. Para el Feng Shui, el yin y el yang, al igual que otras enseñanzas afines, iluminaron el largo camino a recorrer, que partiendo del Oriente,  llegó hasta el Occidente de nuestros días, enriqueciendo los espacios naturales y  la vida de los seres humanos.
 

Bagua o Pakua

Bagua o PakuaSegún establece el Feng Shui, para mejorar la energía o chi en los espacios que habitamos o donde trabajamos, es necesario estudiar y comprender la distribución de los sectores en cada uno de ellos con arreglo a determinadas normas o principios,  antes de detallar los objetos, formas y texturas  que habrán de ser mantenidos,  movidos o modificados. A tal fin se  utiliza el mapa Bagua, también llamado Pakua,  que es un mapa energético que sigue los preceptos filosóficos del I Ching o Libro de las Mutaciones. Ba significa ocho, y Gua, trigrama, (tres líneas trazadas sobre papel constituyen un trigrama). El término Pakua significa «ocho trigramas» y está formado por una figura octogonal que los contiene. La simbología de este mapa es muy utilizada en las escuelas de Feng Shui, aunque su modo de empleo difiere de unas escuelas a otras. En China es empleado también como amuleto, y se coloca en los marcos de las puertas y ventanas para que ahuyente los malos espíritus y la mala suerte.
Este mapa, que indica el significado de cada parte de la casa en un esquema simple,  ayuda a localizar y resolver dónde se encuentran las áreas que deben ser organizadas y aprovechadas  mejor, eliminando la acumulación de objetos innecesarios o contraproducentes, lo que se traduce en resultados muy deseables,  al hacer fluir más correctamente las vibraciones o corrientes de energía positiva en cada lugar.
En ese mapa se muestran las nueve áreas en las que transcurre nuestra vida. Es  una plantilla octogonal tallada en madera casi siempre, cuyo contorno contiene gráficamente, los ocho trigramas, y en su centro aparece el símbolo del yin-yang. La figura  integra el principio yin-yang  de los cinco elementos y de los ocho trigramas con sus colores y formas correspondientes.
 Para facilitar la aplicación del mapa bagua, algunos autores transforman la plantilla octogonal en una rejilla cuadrada, que, a veces, resulta más cómoda de situar en los espacios, pero esto no crea diferencias a la hora de utilizarlo, pues el contenido de la cuadrícula se corresponde con el contenido del octógono. La forma es importante si se utiliza el bagua como objeto o como una abstracción, pero no es realmente relevante a la hora de aplicarla a un plano, pues su significado no se altera sensiblemente.
Originalmente, los trigramas se consideraron como una representación simbólica de la familia por lo que a cada trigrama se le asignó un elemento del patrón familiar: padre, madre, hijo mayor, hijo mediano, hijo menor, hija mayor, hija mediana, hija menor, o una fuerza o fenómeno de la naturaleza distinto, como el agua, la montaña, el cielo, el trueno, la tierra, el lago, el viento y el fuego. Este trigrama con sus atributos se ubicó en el cuadrado mágico, dando como resultado un mapa de energía aplicable tanto al mundo físico como a los seres humanos.
 

Ki y Kua

Ki y KuaLa astrología china, la geomancia, la numerología y el I ching se utilizan, en el Ki y en el Kua, para indagar en los movimientos particulares de la energía de las personas, en términos de espacio y tiempo, a fin de obtener datos acerca de sus potencialidades de movimiento, con el propósito de descubrir las posibles habilidades que podrán favorecerlos, o conocer las dificultades que deberán tener en cuenta a la hora de ejecutarlos. Estos conocimientos y técnicas resultan de gran complejidad, y requieren estudios especializados. Los exponemos aquí de manera sencilla y breve porque forman parte de la cultura del Feng Shui que todo interesado en esta disciplina debe saber. Los antiguos chinos calculaban las influencias e interrelaciones de los campos energéticos de la tierra y el cielo, a través del espacio y el tiempo y lo expresaban numéricamente. Quizá una de las formas más antiguas de astrología y numerología sea el Ki de Nueve Estrellas, que es ampliamente usado en el Feng-Shui, donde el universo se puede considerar como una espectacular y rítmica danza de energías, en el que cada elemento que lo conforma expresa su singular modo de danzar, o moverse, en relación con el resto de los danzantes y en el devenir del conjunto. El universo se reproduce en micro-universos, por lo tanto, podemos aplicar este principio a nuestros entornos, de modo que nuestra casa puede concebirse como un universo a menor escala, que ejecuta su propia danza en el magnífico espectáculo global. El Feng Shui utiliza estas ramas del conocimiento y cultura chinas con el objetivo de evaluar los lugares y momentos más propicios, para que la danza de un residente resulte más armónica y fluida. Algunas escuelas aplican la astrología, para escoger la fecha ante cualquier tipo de compromiso o evento importante. Porque muchos chinos no se mudarán, casarán, cerrarán un trato, abrirán un negocio o realizarán un viaje, sin antes saber las fechas más propicias de convergencia benéfica entre las energías del universo, y las personales, sin recurrir a un astrólogo, consultar el I ching o escuchar a un experto en Feng Shui, porque en el arte de seleccionar una fecha exitosa y la idoneidad de una casa, hay muchas reglas y tabúes que requieren profundos conocimientos no sólo del Feng Shui, sino de la filosofía oriental y de la cultura china en general. El Ki o sistema de las Nueve Estrellas, en tanto sistema numerológico profundo de interpretación o adivinación de los cambios entre el cielo y la tierra, y método de lectura e interpretación del tipo de energía predominante en un momento dado, permite obtener el ki personal o individual, que nos ayuda a lograr el máximo de sintonía con el medio circundante de una forma personalizada, así como a entender mejor nuestro modo de movernos en el colectivo del que formamos parte. El sistema Kua, se basa en el cálculo del número kua, que se logra utilizando la fecha de nacimiento de una persona, para obtener un número de base que se interpretará en el Cuadrado Mágico o en el Mapa Bagua. La diferencia esencial con el sistema Ki, es que el sistema para hallar el número Kua establece formulaciones matemáticas diferenciadas para hombres y mujeres, basadas en que los hombres son yang y las mujeres yin; sin embargo, se sabe que tanto hombres como mujeres tienen yang y yin, porque ambas polaridades están presentes en todo ser humano, y el equilibrio entre ellas nos convierte en seres humanos completos y armonizados. Con estos datos se elaboran tablas o registros personalizados al estilo de las cartas astrales y horóscopos que hoy circulan en las publicaciones mediáticas y que se brindan a los interesados en las consultas de los especialistas.