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El puerto de Puntarenas es un punto de partida para llegar a la Isla del Coco, territorio de gran riqueza paisajística y considerado un verdadero laboratorio natural y en particular para estudiar la evolución de las especies. Ubicada en el Océano Pacífico a 532 Km de Cabo Blanco en Costa Rica, con dirección suroeste del territorio nacional. Posee una extensión de 2.400 hectáreas en la parte terrestre y 97.235 en la parte marina. El territorio insular fue descubierto en 1526 y ya para 1556 figuraba en el planisferio de Nicolás Desliens como la Isla del Coco. Durante los Siglos XVII y XVIII fue refugio para los piratas y corsarios que florecieron a lo largo de las costas del Pacífico de la América Española. La Isla es extremadamente lluviosa y está cubierta de un bosque siempreverde. En general posee una abundante flora y fauna en la cual se han indentificado diversidad de especies y entre ellas muchas endémicas. La topografía es muy quebrada, lo que da lugar a la formación de muchas cascadas, algunas de las cuales caen al mar. La costa es muy sinuosa, tiene acantilados de hasta 183 metros de altura e infinidad de cuevas submarinas. El mar, azul turquesa es de extraordinaria transparencia.

La Reserva Biológica Isla del Caño se ubica en el Océano Pacífico, frente al Parque Nacional Corcovado en la Península de Osa, aproximadamente 15 km mar adentro del puesto de San Pedrillo. Se estableció como reserva en marzo de 1978, con una extensión de 200 hectáreas en la arte terrestre y 2.700 hectáreas en la parte marina. La isla tiene gran importancia desde el punto de vista arqueológico, debido a que en tiempos precolombinos fue usada como un cementerio indígena. La presencia de restos cerámicos del período Policromo Medio de Guanacaste, sugieren que la isla fue un punto clave de intercambio comercial a lo largo de la costa Pacífica. Además de ello la isla adquiere gran importancia por proteger especies de flora y fauna característica del bosque tropical lluvioso e importantes ambientes marinos.

Sobrio y elegante es el edificio del Palacio Nacional inaugurado en 1911. Actualmente considerado Monumento Nacional. Su estilo arquitectónico pertenece al Neoclásico; tanto la fachada principal como las secundarias, tienen columnas esmeriladas y capiteles adornados. Las galerías que circundan el patio interior tienen en conjunto 136 columnas. En la entrada principal se encuentran las estatuas de Cristóbal Colón y la Reina Isabel I de Castilla, donadas por el Rey de España Alfonso XIII y entregadas al gobierno del Dr. Alfonso Quiñónez Molina. Desde hace 10 años, el Palacio Nacional se encuentra en restauración y alberga por el momento las oficinas del Archivo General de la Nación y, al finalizar la restauración en el 2002, se alojará allí también el Museo Nacional de Historia.

Majestuosamente visible desde casi cualquier punto de la capital, el Volcán de San Salvador tiene 5 cráteres: el Boquerón, el Picacho, el Jabalí, Sitio del Niño y el Playón. En su mayoría cultivado de café y flores, este volcán posee parajes de increíble belleza, pero para visitarlo es recomendable tomar precauciones y hacerse acompañar de quienes conocen la zona.

A sólo 35 minutos en carro al sur de San Salvador, y descendiendo de los Planes de Renderos se llega a este pueblo, el más colonial y más cercano a la ciudad capital. Es una de las pocas aldeas con una población indígena aferrada a costumbres ancestrales. Lo más pintoresco de Panchimalco es su iglesia de más de 225 años y donde se encuentran registros bautismales que datan del año 1655. Con clásica fachada colonial caleada de blanco, esta iglesia sobresale en un entorno de legendarias ceibas y amates, calles empedradas y serranías color marrón. Panchimalco es famosa por ser uno de los pocos lugares donde hay aldeanos que hablan Náhuat y por sus festividades, especialmente la explosión de color de la procesión de las Palmas, realizada en el mes de mayo. Es muy fácil para el visitante dar con la Casa de Cultura donde podrá conocer la historia de la zona y observar a tejedoras con coloridos telares atados a su cintura.

Está ubicado en el departamento de Santa Ana, entre las fronteras de Guatemala, Honduras y el Salvador. Esta reserva natural, es conocida también como El Trifinio, porque es el punto donde se unen los tres países, tiene 2000 acres de extensión con una abundante vegetación y con facilidades para acampar, rodeado de jardínes de orquídeas, bromelias, helechos y otras plantas nativas, además de áreas para picnic. ) resulta una experiencia inigualable el encontrarse de pronto frente a frente con el cono perfecto del Volcán Izalco y sentir que está al alcance de su mano. A los pies se extienden valles en el horizonte, el mar Pacífico. En este parque de turismo, se construyó un hotel de montaña y de donde en sus amplias terrazas se puede disfrutar de una vista impresionante. El hotel está inmerso en un gigantesco

A sólo 40 minutos de San Salvador, en un mirador en una de las curvas de la carretera, la vista se extiende hacia un aro de montañas que, hombro a hombro, abrazan a un lago volcánico del color de un cielo despejado. Dos conos volcánicos en el interior del lago forman unas pequeñas penínsulas conocidas como ¨los anteojos¨, y Teopán, otro cono, surge del lago, formando una isla de densa jungla. En unas tres cuartas partes del lago, muelles de brillantes colores se extienden desde los verdes gramales de las casas de verano. Durante el día, lanchas jalan esquiadores y motos acuáticas zigzaguean sobre las aguas del espejante lago cuya profundidad alcanza unos 120 mts. (aunque algunas áreas ha sido imposible llegar al fondo de profundidad). Mientras uno se sienta en el muelle, los grillos arrullan con su canto y las brillantes estrellas iluminan el cielo nocturno. Coatepeque tiene dos hoteles modestos.