La Catedral Metropolitana, cuya construcción se remonta entre 1756 y 1782 guarda, entre otros tesoros religiosos coloniales una impresionante pieza frontal de plata en el altar mayor. Tiene planta de cruz latina cubierta con bóveda de cañón, ábside en la parte trasera del coro, y cúpula montada sobre un alto cimborrio octogonal. La fachada principal está flanqueada por dos torres esbeltas con campanario, y presenta numerosos elementos decorativos barrocos. En el interior destaca la pila bautismal de piedra del año 1646, el altar mayor, obra de Vicente Gálvez y sus hijos realizada en la segunda mitad del siglo XVIII, y numerosas pinturas, entre las que sobresale la de la Sagrada Cena del artista hondureño José Miguel Gómez. Una creencia popular es que si una pareja de recién casados agita el Árbol de la Maternidad¨ plantado en el patio sur de la iglesia, procrearán igual número de hijos como las flores que caigan al suelo.