Rodeada por tres barrios y a la sombra del Cristo Redentor, la laguna Rodrigo de Freitas ofrece un panorama impresionante al atardecer, cuando la luz se filtra por entre sus tranquilas aguas. Enlazada con el mar por el canal Jardim de Alah, que divide a Ipanema de Leblon, la laguna está circundada de parques, canchas polideportivas, pistas de patinaje, un helipuerto, caminos para correr y andar en bicicleta, y restaurantes al aire libre que ofrecen una amplia variedad de platos que van desde italianos hasta japoneses, además de música en vivo desde las 9 de la noche en adelante. Los domingos y los días feriados, los botes de pedal le ofrecen a los visitantes una vista única de las montañas cubiertas por bosques frondosos que enmarcan el lago más encantador de Río.